No es oro todo lo que reluce en cuanto a los implantes se refiere. Estos métodos están ideados para mejorar la vida de los pacientes, sin embargo, esto no es siempre así
Una investigación internacional coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y en la que han participado 59 medios, entre ellos El Confidencial y La Sexta, ha recopilado los fallos de los implantes médicos más habituales que se han producido en los sistemas sanitarios mundiales en los últimos años.
España ha registrado 25.000 implantes defectuosos en la última década
Entre 2008 y 2017 se han registrado aproximadamente 5,47 millones de incidentes adversos en todo el mundo, lo que supone una media de 1.500 fallos al día. De ellos, unos 25.000 se han registrado en España, casi ocho por día. Estos casos conflictivos se registran cuando esos dispositivos y otros productos médicos, a la vanguardia de la tecnología sanitaria, han supuesto un problema importante para la salud del paciente.
A lo largo de la última década, más de 82.000 personas de todo el mundo han fallecido y 1,7 millones han sido víctimas del defectuoso funcionamiento de implantes médicos, de acuerdo a un análisis exclusivo de los datos del organismo que vigila el sector en Estados Unidos, la FDA, y que recoge información de distintos países. Y la tendencia es al alza, igual que en el resto de países europeos.
El problema, tal y como denuncia El Confidencial, reside en que los implantes médicos no pasan las pruebas definitivas hasta que no están insertados en el cuerpo del paciente. Solo entonces se puede comprobar si el producto diseñado para mejorar la vida de una persona acaba lográndolo o por el contrario le va a acarrear más problemas de salud.
En España se implantaron cerca de 3.000 prótesis de cadera que nunca habían sido probadas en seres humanos
En 2008, la compañía Johnson & Johnson, a través de su filial Depuy, estaba a la cabeza en los implantes de cadera llegando a alcanzar los 1.000 millones de euros en ventas a nivel global y con unas perspectivas de mercado asombrosamente buenas. Un documento recogido por El Confidencial índice que la propia empresa era consciente desde antes de 2010 que las prótesis que se estaban implantando podían causar daños a las personas, un 12% de ellas fallaba y se aconsejaba retirarlas.
En España, se distribuyeron en 70 centros repartidos por casi todas las comunidades autónomas y se implantaron a un mínimo de 3.000 personas. Antes de su puesta en el mercado, nunca habían sido probadas en seres humanos.
Los fallos de estos mecanismos en muchos de los casos se deben a que este tipo de prótesis liberan iones metálicos de cromo y cobalto, dañinos para la salud. Recientemente se produjo una sentencia en Vigo en la que un afectado reclamó a Johnson & Johnson una indemnización por las consecuencias de su operación. El juez estableció como hechos probados que “las partículas metálicas presentes eran producto del desgaste abrasivo producido por terceros cuerpos y consecuencia de un defectuoso proceso de fabricación”.
La situación descrita por el juez en la sentencia se produce en parte por el rozamiento entre la parte que sustituye el hueso del fémur (la cabeza femoral) y la pieza que sirve de enganche con la cadera (el cotilo). De ahí que el roce genere dolor e imposibilite los movimientos.
La prótesis se retiró en España en 2010 por una decisión ‘voluntaria’ de la empresa. Los fallos importantes se estaban multiplicando en todo el mundo, algo que obligó a Depuy a mover ficha. “Lo que hacen es retirar la prótesis antes de que estalle el caso y les obliguen a retirarla”, opina a El Confidencial Emilio Ortiz, abogado especializado en este tipo de dispositivos. La compañía va recabando datos de los médicos hasta que decide, por lógica legal o comercial, dejar de vender un producto.
La Sociedad Española de Cirugía de Cadera (Secca) admite en un informe interno que “hay un retraso notable en la detección de las complicaciones y riesgos y, por tanto, los problemas asociados a los implantes se comunican a medio o largo plazo”.
Los pacientes perjudicados por estas prótesis denuncian que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) no se ha puesto en contacto con ellos en ningún momento tras la retirada del producto. La Aemps comunica estas alertas a través de un sistema para profesionales sanitarios, que serían los encargados finales de avisar a sus pacientes con estos modelos de implantes.