Un estudio promovido por la Red de Investigación en Actividades Preventivas y Promoción de la Salud (RediAPP) ha revelado que "una breve" intervención educativa por parte del médico de familia ha ayudado a reducir en un 45% el consumo de los ansiolíticos e hipnotizantes más frecuentes y estima que cerca del 7% de la población consume regularmente benzodiacepinas, fármacos indicados en el tratamiento sintomático del insomnio y la ansiedad cuando es limitante para el paciente.
En el estudio BenzoRed, liderado por la doctora Caterina Vicens, médico de familia en Baleares, y publicado en la revista 'British Journal of Psychiatry', han participado un total de 75 médicos de familia de Valencia, Baleares y Cataluña. En total, se realizó sobre 532 pacientes con una edad entre 18 y 80 años, con consumo de benzodiacepinas desde hacía más de seis meses y sin ninguna enfermedad psiquiátrica grave.
Según han explicado, el estudio consistió en analizar si con entrevistas estructuradas a los pacientes, dándoles pautas escritas sobre la deshabituación y visitas de seguimiento desde las consultas de Atención Primaria, se conseguía reducir el consumo de benzodiacepinas.
El equipo investigador ha desarrollado una serie de pautas y consejos dirigidos a los médicos de familia para formarlos en la deshabituación de las benzodiacepinas
Los pacientes se dividieron en tres grupos. Un grupo de control sobre el que no se hizo ninguna intervención educativa, y dos grupos intervención. En un primer grupo se realizó desde la consulta: entrevista estructurada, se le ofrecieron pautas de deshabituación e información escrita sobre cómo realizarla. En un segundo grupo además de todo lo anterior, se realizaron también visitas de seguimiento. Al finalizar la intervención de un año, explican, se observó una reducción del consumo de benzodiacepinas del 45% en el primer grupo intervención y del 45,2% en el segundo grupo de intervención.
Con estos resultados, Vicens ha explicado que apuestan "por concienciar y formar a los médicos de familia para que hagan estas intervenciones desde sus consultas". "Se trata de que médico y paciente tengan una entrevista en la que hablan de las ventajas e inconvenientes del consumo, de las consecuencias negativas, del concepto de dependencia y del reconocimiento de los síntomas de abstinencia incidiendo en que son transitorio", ha asegurado la doctora.
Por otro lado, el equipo investigador ha desarrollado una serie de pautas y consejos dirigidos a los médicos de familia para formarlos en la deshabituación de las benzodiacepinas. Por ello, antes de empezar con la deshabituación de las benzodiacepinas se debe valorar en qué momento está el paciente (si su insomnio o ansiedad son muy intensos o no), si dispone de apoyo social, o si tiene patologías psiquiátricas graves (cosa que determinaría su derivación a un especialista).
DESCENSO ENTRE EL 10% Y 25% CADA DOS SEMANAS
Una vez se decide que el paciente es susceptible de empezar con la reducción del consumo de benzodiacepinas, hay que informar al paciente del riesgo que puede tener para su salud el consumo de estos fármacos de forma prolongada y de los beneficios de su deshabituación y empezar con una deshabituación personalizada según cada paciente.
En esta línea, para Vicens, "el objetivo es realizar un descenso entre el 10 y el 25% de la dosis inicial cada dos semanas, aunque siempre en función de cómo se siente y lo lleva el paciente. Es preferible una reducción más lenta y progresiva, que no ir demasiado rápido y que tengamos que incrementar la dosis nuevamente porque el paciente padece demasiada abstinencia".
De hecho, puede ocurrir que el paciente sienta que con la reducción del consumo vuelve a sentir ansiedad o tener problemas de insomnio. Por ello, es importante avisar al paciente que esto es lo que denominamos síntomas de abstinencia, y que estos síntomas acaban desapareciendo al cabo de una o tres semanas.
Igualmente, en la fase final, cuando se está llegando a las últimas dosis, el paciente suele tener miedo, pensando que si deja de tomar el medicamento volverá a tener los mismos síntomas de ansiedad e insomnio. En este sentido, la doctora ha recordado que "es importante acompañar al paciente, escucharle, que exponga sus miedos y reflexionar con él / ella y argumentar a favor del beneficio de dejar las benzodiacepinas".