Una alimentación sana hasta los cinco años podría prevenir enfermedades adultas

Redacción | Madrid

En el marco del 63º Congreso de la Asociación Española de Pediatría los profesionales han revisado la importancia de la nutrición en la edad temprana, llegando, entre otras, a la conclusión que una buena alimentación desde la concepción hasta los 5 años de edad es esencial para evitar enfermedades futuras.

Rosaura Leis, coordinadora de la Unidad de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínica Universitario de Santiago de Compostela, explica que las alteraciones en la alimentación de la madre gestante y, por tanto de la nutrición del feto, así como la nutrición en los primeros años de vida, “van a dejar una huella metabólica, con efectos para la salud a corto, medio y largo plazo”, es lo que se conoce como programación nutricional precoz.

Según el estudio Alsalma 2.0, realizado por Danone Nutricia sobre 1.500 niños españoles de entre 0 a 3 años, con la colaboración de 200 pediatras, el 95,9% de los pequeños de entre 7 meses y 3 años consume un exceso de proteínas diarias de origen animal. Además también han localizado un déficit de vitamina D.

Para moderar la cantidad de proteínas que ingieren los pequeños, los expertos recomiendan comer carne, pescado o huevo una sola vez al día, y si se consume en comida y cena en el mismo día, es aconsejable que la ración de ambas sea más pequeña.

Con respecto al déficit de vitamina D los especialistas afirman que en este grupo de edad la cantidad de esta sustancia es difícil de ingerir simplemente con la dieta ya que la lactancia materna tiene poca vitamina D. Recomiendan dar a los niños suplementos de la vitamina como medicamento.

Un ejemplo de prevención de enfermedades en adultos gracias a la buena alimentación de los niños, se muestra, precisamente en la vitamina D, ya que esta sustancia ayuda a conseguir una buena calcificación de los huesos, con lo que es un factor de protección ante la osteoporosis e la edad adulta.

La doctora Leis sugiere que sea prioritaria una alimentación adecuada de la madre gestante, una promoción de la lactancia materna hasta los 6 meses, la introducción de alimentación complementaria a partir de este momento y la incorporación a la mesa con el resto de la familia a partir del primer año, así como la creación a partir de este momento de hábitos de consumo alimentario saludables.


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