La parálisis facial afecta a una media de 15 y 45 personas por cada 100.000. Hasta un 30% no consigue una recuperación completa
Para realizarla, los médicos utilizan una combinación de endoscopia, microcirugía reparadora y cirugía plástica de autotrasplante de tejidos, musculatura y nervios para tratar a los pacientes. Se trata de una técnica “muy compleja, de tercer nivel”, según explica el jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados Vall d'Hebron, Joan Pere Barret, que implica realizar un trasplante de nervios o de nervios y músculo de la pierna del paciente a la cara. A diferencia de la técnica habitual, que deja una gran cicatriz en la cara, en este caso solo se realizan dos pequeños cortes que quedan escondidos a la vista.Además, la inflamación y el edema posteriores son menores, se reduce el dolor y se adelanta el alta del hospital, todo ello “con unos resultados excelentes”, como destaca Barret. Un total de 24 pacientes ya se han beneficiado de este abordaje de la parálisis facial en los últimos cuatro años.
LA PARÁLISIS FACIAL
La parálisis facial es una patología que afecta a una media de 15 y 45 personas por cada 100.000. De todas ellas, hasta un 30% no conseguirá una recuperación completa. Es una parálisis invalidante que pone en peligro la viabilidad del ojo, altera el habla y dificulta la alimentación. Además, tiene un impacto psicológico y emocional muy importante tiene un impacto psicológico y emocional muy importante. La provoca la lesión de uno de los nervios faciales, encargados de mover los músculos de la cara y de parte del oído, encargados de controlar las lágrimas y la saliva y el sentido del gusto en la lengua. La causa más frecuente de esta lesión es la llamada parálisis de Bell o parálisis facial a frigore, sin causa conocida. Otro de los factores es el tumoral, por neurinoma del nervio auditivo, seguida por el cáncer de la glándula parótida. También hay dos tipos de parálisis congénita.
Aparte del tratamiento quirúrgico, el papel de la rehabilitación es fundamental. Tanto en pacientes que necesitan cirugía, como en los que no sea precisa, hay que volver a enseñarles a mover de forma adecuada la musculatura de la cara, para conseguir la máxima movilidad voluntaria y emocional, mediante técnicas de reeducación neuromuscular y/o infiltraciones de toxina botulínica.
Porque todos necesitamos salud… ConSalud.es