Durante toda su vida un paciente celíaco debe llevar una dieta libre de gluten, estas limitaciones, si bien mejoran su calidad de vida desde el punto de vista clínico pueden provocar un importante impacto en su vida social e incluso en su economía. "Aprender a convivir con la intolerancia al gluten es hoy más fácil que hace diez años ”, constata el doctor Oscar Roncero García-Escribano, especialista en Aparato Digestivo y experto de la Sociedad Española de Patología Digestiva.
El aumento del número de personas diagnosticadas de celiaquía a lo largo de estos años ha llevado a un incremento de los productos libres de gluten en las tiendas de alimentación y en los supermercados. Asimismo, muchos restaurantes disponen de menús y platos libres de gluten. Por otra parte, las nuevas tecnologías, internet o las nuevas aplicaciones de móvil, por ejemplo, facilitan el acceso a la información sobre productos alimenticios, permiten escanear el código de barras para comprobar si un alimento tiene trazas de gluten, ponen en contacto a las personas afectadas por la celiaquía o localizan los restaurantes más cercanos que ofrecen platos libres de gluten. Todo esto mejora la calidad de vida de los pacientes pero, como indica el doctor Roncero “aún queda mucho por hacer, por ejemplo, tratar de reducir el precio de estos alimentos”.
Desde la Sociedad Española de Patología Digestiva señalan que la celiaquía es una patología más común de los que se puede pensar, aunque hay muchos casos sin identificar, bien porque no se presentan síntomas o porque la enfermedad se comporta imitando otras patologías como el síndrome del intestino irritable. Los síntomas típicos o digestivos de la enfermedad celíaca son la diarrea, el dolor abdominal, la hinchazón después de comer, las nauseas y los vómitos, la astenia, la anorexia o la pérdida de peso. Entre los síntomas no digestivos están por ejemplo: la anemia ferropénica crónica, los abortos de repetición, los trastornos de la coagulación, la osteoporosis e incluso trastornos psiquiátricos. El doctor Roncero explica que “por este motivo, los especialistas recomendamos que estos pacientes sigan igualmente una dieta completamente libre de gluten, como si fueran sintomáticos”.
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El aumento del número de personas diagnosticadas de celiaquía a lo largo de estos años ha llevado a un incremento de los productos libres de gluten en las tiendas de alimentación y en los supermercados. Asimismo, muchos restaurantes disponen de menús y platos libres de gluten. Por otra parte, las nuevas tecnologías, internet o las nuevas aplicaciones de móvil, por ejemplo, facilitan el acceso a la información sobre productos alimenticios, permiten escanear el código de barras para comprobar si un alimento tiene trazas de gluten, ponen en contacto a las personas afectadas por la celiaquía o localizan los restaurantes más cercanos que ofrecen platos libres de gluten. Todo esto mejora la calidad de vida de los pacientes pero, como indica el doctor Roncero “aún queda mucho por hacer, por ejemplo, tratar de reducir el precio de estos alimentos”.
El mayor conocimiento de esta intolerancia ha dado lugar a que el número de personas diagnosticadas haya crecido en los últimos años
El alto conocimiento de esta enfermedad ha dado lugar a que el número de personas diagnosticadas haya crecido en los últimos años de manera sustancial. Los especialistas estiman que la prevalencia de la enfermedad celíaca es muy relevante, situándose en torno al 1% de la población y, en estudios recientes, a nivel nacional la estimación disminuye un poco, estimándose que 1 de cada 250 personas es celíaca. Si bien, algunos estudios recogen que un 75% de pacientes intolerantes al gluten no están diagnosticados.Desde la Sociedad Española de Patología Digestiva señalan que la celiaquía es una patología más común de los que se puede pensar, aunque hay muchos casos sin identificar, bien porque no se presentan síntomas o porque la enfermedad se comporta imitando otras patologías como el síndrome del intestino irritable. Los síntomas típicos o digestivos de la enfermedad celíaca son la diarrea, el dolor abdominal, la hinchazón después de comer, las nauseas y los vómitos, la astenia, la anorexia o la pérdida de peso. Entre los síntomas no digestivos están por ejemplo: la anemia ferropénica crónica, los abortos de repetición, los trastornos de la coagulación, la osteoporosis e incluso trastornos psiquiátricos. El doctor Roncero explica que “por este motivo, los especialistas recomendamos que estos pacientes sigan igualmente una dieta completamente libre de gluten, como si fueran sintomáticos”.
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