Aproximadamente el 20% de las afecciones médicas graves son mal diagnosticadas, según el nuevo estudio sobre diagnóstico ‘Alcance del acuerdo de diagnóstico entre las referencias médicas’.
Y es que, cuando una enfermedad se diagnostica erróneamente puede limitar las opciones de tratamiento efectivas, prolongar el dolor y el sufrimiento de una persona y potencialmente costarle la vida.
Los diagnósticos médicos erróneos también pueden ocurrir cuando un miembro del equipo médico no examina a fondo a un paciente. Esto puede ocurrir cuando las instalaciones no cuentan con suficiente personal o cuando un médico o enfermero tiene exceso de trabajo y está fatigado.
El estudio mostró que el 12% de los pacientes fueron diagnosticados correctamente por sus médicos generales, más del 20% de los pacientes habían sido mal diagnosticados y el 66% requirió cambios en sus diagnósticos iniciales
Otra razón común para el diagnóstico erróneo es la mala interpretación de los resultados de las pruebas y las imágenes obtenidas por resonancia magnética, tomografías computarizadas, rayos X, entre otros. Esto puede hacer que las enfermedades potencialmente letales no se detecten a menos que los síntomas persistan y se realicen más pruebas.
En esta línea, el estudio mostró que el 12% de los pacientes fueron diagnosticados correctamente por sus médicos generales, más del 20% de los pacientes habían sido mal diagnosticados y el 66% requirió cambios en sus diagnósticos iniciales. En total, se analizaron a 286 pacientes con edades comprendidas entre los 15 y 80 años.
MÁS DE 800 PERSONAS FALLECIDAS POR NEGLIGENCIA MÉDICA EN 2018
En los casos más graves, los errores de diagnóstico pueden conducir a la progresión de una enfermedad. Por ejemplo, si los cánceres no se detectan en el diagnóstico primario, pueden diseminarse por todo el cuerpo. Esto complica las opciones de tratamiento y puede reducir significativamente la posibilidad de recuperación de un paciente.
De hecho, más de 800 personas fallecieron el año pasado debido a una negligencia médica según los datos publicados el pasado mes de enero por el Defensor del Paciente, lo que supone un incremento del 59% con respecto a las muertes por negligencia registradas en 2008. Entonces fueron un total de 508.