"Es un problema tremendo en nuestro país, y espero que lo arreglemos"
Trump ha hecho una pausa en sus vacaciones para conversar con su equipo sobre este problema. La adicción a analgésicos opiáceos con receta como OxyContin o Vicodin lleva a muchos estadounidenses a engancharse después a la heroína o al fentanilo, una potente sustancia que se mezcla con otras drogas para aumentar su potencia y cuyo consumo dispara el riesgo de sobredosis. Cada día, 91 estadounidenses mueren por sobredosis de opiáceos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), un problema que se ha disparado desde comienzos de siglo y que está relacionado conel aumento en la venta con receta de analgésicos, que se ha cuadruplicado desde 1999. Así, en la reunión han evaluado posibles estrategias nacionales ante la grave crisis generada por la adicción a estos medicamentos. “Es un problema tremendo en nuestro país, y espero que lo arreglemos”, ha dicho Trumpal comienzo de la reunión. “Nadie está a salvo de esta epidemia, que amenaza a todos, los jóvenes y los viejos, los ricos y los pobres, las comunidades urbanas y rurales. Todo el mundo está amenazado. Las sobredosis por drogas son la causa principal de muerte accidental en EE.UU.”, ha añadido.
Para abordarlo, el mandatario ha vuelto a insistir en que la estrategia debe pasar “por ser duros en la frontera sur, donde entra mucho de esto”, en referencia a la heroína consumida en el país, de la que alrededor del 90% proviene de México . “Estamos siendo muy, muy duros en nuestra frontera sur, y yo diría que de una forma que ciertamente nunca se había visto, este tipo de fuerza”, ha subrayado, señalando también que está “hablando con China”, desde donde llegan ciertos tipos de drogas sintéticas.
"Quizás podemos hablar con los jóvenes y decirles: es realmente malo para ti en todos los sentidos. Si no empiezan, nunca será un problema"
“También estamos trabajando con los agentes que aplican la ley para proteger a los ciudadanos inocentes de los narcotraficantes que envenenan a nuestras comunidades. Para tener una sociedad libre de drogas es absolutamente vital tener unas agencias de seguridad fuertes”, ha agregado Trump. El tercer ingrediente, según él, es “evitar que la gente use drogas”, porque, “si no empiezan, no tendrán un problema, y si empiezan, es terriblemente difícil dejarlo. Quizás podemos hablar con los jóvenes y decirles: no es bueno, es realmente malo para ti en todos los sentidos. Si no empiezan, nunca será un problema”. En este sentido, ha prometido que el Gobierno “ganará” la batalla contra la adicción a los opiáceos y las muertes por sobredosis, con la ayuda de un “tremendo grupo de expertos”. “Ganaremos. No tenemos alternativa. Tenemos que ganar por nuestra juventud, tenemos que ganar por nuestros jóvenes, y, francamente, por otras muchas personas, no necesariamente jóvenes, que están completamente adictos y tienen problemas graves”, ha indicado.
La promesa del presidente tiene una vertiente electoral: según un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania, el presidente sacó sus mejores resultados en los comicios de noviembre en aquellos condados con las mayores tasas de mortalidad por drogas, alcohol y suicidios. De hecho, en la última semana ha recibido muchas críticas por haber dicho, en una llamada telefónica con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, que muchos en Nuevo Hampshirehabían votado por él porque ese estado era “un antro infestado de drogas”.