"Estamos más tristes". Especialistas en Salud Mental del grupo sanitario Ribera coinciden al asegurar que esta pandemia por Covid ha aumentado el malestar emocional de los ciudadanos, así como los sentimientos de soledad, abandono y desesperanza, que se suman a situaciones particulares que también provocan tristeza, como otras enfermedades, pérdidas y situaciones laborales o personales complicadas.
"Con el paso de los meses, hay que añadir el componente de fatiga mental que supone vivir de nuevo las distintas olas del virus y el miedo al contagio, con lo que ello puede acarrear, siendo la vacunación masiva el fenómeno capaz de insuflar cierta esperanza en la población”, señala Lorean Cerezo, psicóloga clínica del Departamento de Salud de Denia.
Los casos de depresión o ansiedad se han multiplica y triplicado durante la pandemia, con un aumento que se calcula de un 15-20% de los casos. Solo en los servicios de Salud Mental del grupo Ribera se ha vivido un aumento de entre un 30 y un 50% de los casos que solicitan atención por parte de los especialistas.
La tristeza es un sentimiento normal, "el problema viene cuando la tristeza se convierte en depresión, términos que solemos confundir”, señala el jefe del Servicio de Salud Mental del Hospital Universitario de Vinalopó, el doctor Luis Fabián Mahecha.
La depresión provoca síntomas como falta de interés o capacidad para experimentar placer, apatía, insomnio, alteración de la alimentación, pérdida de energía y dificultad para concentrarse
Y, como refleja Marta Rojo, psicóloga clínica del Hospital Universitario de Torrejón, la sociedad se encuentra más triste desde la pandemia. "La mayor parte de las personas, en una medida u otra, han visto modificada su vida en algún aspecto, con cambios a nivel laboral, limitación en las relaciones personales, problemas familiares, afectación de la salud física o pérdida de proyectos”.
“La tristeza, en intensidad elevada, es sólo un síntoma de depresión. Sentirse triste y estar deprimido no son sinónimos”, explica la doctora Helena Díaz, jefa de la Unidad de Salud Mental del Hospital de Torrejón. La depresión provoca síntomas como falta de interés o capacidad para experimentar placer, apatía, insomnio, alteración de la alimentación, pérdida de energía y dificultad para concentrarse.
Paula Marcos, psicóloga clínica del Hospital Ribera Juan Cardona, añade, en este sentido, que “la tristeza como el resto de emociones, se convierte en un problema de salud mental cuando perdura durante mucho tiempo, y cuando invade todos los espacios de nuestra vida, y la persona deja de ser capaz de disfrutar de aquellas cosas positivas y que nos hacen felices”. “La Covid ha influido en todo lo que nos hace disfrutar y en ocasiones los sentimientos positivos se han sustituido por miedo al contagio, culpa e incertidumbre”, añade.
Una vida activa, hábitos de vida saludable, apoyarse en la familia, amigos y allegados o evitar el aislamiento pueden ser una forma de evitar que los momentos de tristeza deriven en una depresión. Lorena Cerezo, psicóloga clínica en el Departamento de Salud de Denia, aconseja, además del apoyo del entorno, entender que hay que vivir la tristeza y transitarla sin rechazarla ni evitarla, darse permiso para llorar y descansar.