La sonrisa gingival es aquella en la que, al sonreír, las encías se ven demasiado. En otras palabras, ocurre cuando las proporciones de los dientes, encía y maxilar superior no están en armonía. Está considerada un problema más estético que patológico y puede producir insatisfacción con la imagen y disfunción de la autoestima.
Un correcto abordaje odontológico y la combinación de diferentes características faciales son las claves para lucir una sonrisa estética. La alineación, simetría, espaciado y proporción de los dientes, el ancho de la sonrisa, el color y grosor de los labios, así como la salud gingival son algunos de los factores que contribuyen a tener una bonita sonrisa.
En el desarrollo de la sonrisa gingival intervienen aspectos como que los dientes definitivos hayan erupcionado de forma inadecuada, que el labio superiro suba más de lo debido, que los dientes superiores sean prominentes o que el maxilar superior esté adelantado en relación al rostro. Según los factores causantes de la sonrisa gingival, existen diversos tratamientos.
Si los dientes son más cortos de lo normal, por desgaste o cobertura de la encía, "es posible eliminar quirúrgicamente el exceso de tejido gingival, y reformar el tejido restante para exponer más dientes", lo que se conoce como "cirugía plástica periodontal", informa la odontóloga de la Dirección Asistencial de Sanitas Dental, Manuela Escorial.
"El diagnóstico y tratamiento de la sonrisa gingival se realiza de forma multidisciplinar"
“Por otra parte, los problemas que afecten a la forma, textura o color de los dientes pueden verse solucionados por diferentes alternativas restauradoras. La odontología actual, tiene por objetivo alcanzar naturalidad y belleza con máxima conservación. Soluciones individualizadas para cada caso, con materiales que mimetizan completamente con los tejidos dentarios”, apostilla la odontóloga.
Si el problema se debe a un labio hiperactivo que sube más de lo que debería, exponiendo la encía, puede inyectarse bótox para dificultar su elevación al sonreír. “Con este tratamiento, se bloquea la acción de determinados músculos que intervienen en la gestualidad labial contribuyendo así a disminuir los milímetros de encía que quedan visibles desde el diente. Si bien es cierto, hay que tener en cuenta que el efecto es temporal y debe repetirse con una periodicidad de unos seis meses”, comenta el Jefe de Servicio de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Universitario La Zarzuela, Ángel Juárez.
En el caso de que el problema surja por un maxilar demasiado largo, el tratamiento puede consistir en cirugía ortognática. "De esta manera, se eleva y se reduce la superficie de la encía que queda expuesta al sonreír", asegura Escorial.
"El diagnóstico y tratamiento de la sonrisa gingival se realiza de forma multidisciplinar. Un abordaje aislado puede generar un incorrecto manejo. Ortodoncia, periodoncia y odontología restauradora deben incorporarse en el manejo de cada caso. En aquellos casos más severos, donde la causa es una maloclusión de origen esquelético y el paciente es adulto, la cirugía ortognática también puede ser incorporada en conjunción con un tratamiento de ortodoncia (ortodoncia quirúrgica)", concluye la odontóloga Manuela Escorial.