La menopausia es un proceso fisiológico y natural que consiste en el cese definitivo de la menstruación, al cual se asocian una serie de cambios, algunos temporales, otros definitivos, en el organismo de las mujeres, con efectos de mayor o menor intensidad que se pueden prevenir, tratar y minimizar en el pos de una mejor calidad de vida y un envejecimiento saludable.
El síndrome urogenital de la menopausia se presenta como sequedad vaginal, sensación de quemazón, irritación o picores en la zona genital, ardor al orinar, dolor durante las relaciones sexuales por la escasa lubricación y falta de elasticidad que dificulta la penetración, haciendo que estas sean poco o nada placenteras o incluso dolorosas, sangrado leve, manchados o excoriaciones después de la relación sexual, entre otros síntomas.
"Las razones para que sea más frecuente en la postmenopausia están derivadas de la falta de estrógenos"
La sequedad vaginal, aunque es más frecuente en la menopausia, es un problema que puede afectar a la mujer en cualquier etapa de su vida. De hecho, más de la mitad de las mujeres que padecen este trastorno tienen menos de 50 años. En ellas, puede aparecer asociada a irritaciones secundarias al uso de jabones y geles de ducha, detergentes y suavizantes para lavar la ropa interior, lociones y perfumes. Determinados medicamentos u hormonas empleados en el tratamiento de endometriosis, miomas uterinos o infertilidad así como otros utilizados para el tratamiento del cáncer de mama y de radioterapia en la zona pélvica o quimioterapia pueden ocasionar también sequedad vaginal.
Tal y como explica el doctor Fred Lozano Rojas, de la Unidad de Ginecología, Obstetricia y Reproducción del Equipo del doctor Jiménez del Hospital Ruber Internacional, "las razones para que sea más frecuente en la postmenopausia están derivadas de la falta de estrógenos, ya que las causas básicas para que aparezca este síndrome son dos: las alteraciones en la constitución y funcionamiento de la mucosa vaginal y alteraciones en la microbiota vaginal".
Una de las funciones primordiales de los estrógenos es la lubricación de la vagina. "Por su estímulo, la mucosa vaginal produce un líquido lubricante transparente el cual evita la deshidratación y resequedad de las mucosas; adicionalmente durante las relaciones sexuales, su incremento hace que estas sean más cómodas por la disminución del roce y microtraumas", indica Fred Lozano.
Por otro lado, "la vagina está cubierta por un epitelio que se regenera por el estímulo de los estrógenos y al reducirse sus niveles durante la menopausia, se disminuye este proceso de proliferación haciendo que el epitelio urovaginal se adelgace y como las terminaciones nerviosas se encuentran cerca de la superficie, aumenta la sensibilidad y esto puede causar dolor", asevera este especialista.
"Por su estímulo, la mucosa vaginal produce un líquido lubricante transparente el cual evita la deshidratación y resequedad de las mucosas"
Asimismo, los estrógenos influyen en el pH del epitelio vaginal el cual contribuye a mantener la microbiota vaginal en equilibrio, y al bajar los estrógenos, las bacterias buenas disminuyen y esto origina las infecciones, continúa el doctor Lozano Rojas.
Inicialmente se pensaba que el único problema en la postmenopausia era la sequedad vaginal y por eso antes solo se hablaba de atrofia genital. "Hoy sabemos que la atrofia, es solamente uno de los síntomas ya que se trata de un síndrome aún más complejo, que incluye alteraciones a otros niveles, por eso, actualmente hablamos del síndrome urogenital de la menopausia", subraya Fred Lozano.