Los traumas y los trastornos psico-emocionales tienen un impacto significativo en la vida de quienes los padecen, condicionando su bienestar y su calidad de vida. Las vivencias relacionadas con la violencia doméstica, sexual, o cuestiones como los accidentes o los abandonos pueden dejar un poso traumático y convertirse en un bloqueo para toda la vida. Para solventar sus efectos es necesario buscar un tratamiento integral e individualizado que, hasta ahora, el trauma complejo no tiene.
Para entenderlo, Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco, explica en una entrevista a ConSalud.es cómo estas situaciones pueden alterar la salud y el bienestar de las personas. “Una de las causas del trauma complejo es la exposición a situaciones traumáticas extremas o prolongadas en el tiempo”, afirma el especialista. Esto se acrecienta si hablamos de situaciones propiciadas por personas del entorno más cercano. “Una segunda causa, que también es importante, es cuando los perpetradores son personas cercanas al entorno afectivo de la víctima”, matiza.
La regulación emocional, la autoestima profundamente devaluada y las dificultades para mantener relaciones de afecto son síntomas del trauma complejo
“Es la violencia sostenida la que deriva en el trauma complejo”, subraya el experto. Y, además, los pacientes que presentan esta patología se diferencian significativamente de quienes sufren un trauma simple. Como indica el experto, la regulación emocional, la autoestima profundamente devaluada y las dificultades para mantener relaciones de afecto con otras personas son los tres síntomas que encienden la alerta.
A estas necesidades propias de un trauma complejo hay que sumarle la vulnerabilidad de la víctima. Como indica Echeburúa, en cuanto a las necesidades terapéuticas, no es lo mismo ser víctima en edades precoces que en la adultez. “No es lo mismo que una persona haya sido víctima de un abuso sexual con 6 años que con 25”, asegura la experta. Por ello, los recursos psicológicos para su tratamiento serán diferentes. Unos recursos que a veces están indefinidos y que precisan de una visión integral para evitar que el trauma complejo se perpetúe en el tiempo.
ATENCIÓN A LAS VÍCTIMAS
Un primer paso para sacar a las víctimas del pozo del trauma complejo es garantizar su seguridad. Echeburúa pone de ejemplo los menores que sufren abuso sexual. “Si no le sacamos del entorno donde está siendo víctima de abuso, va a seguir siendo revictimizado”, sostiene. Es importante que en este paso intervengan sus cuidadores, para evitar que existan nuevos episodios de victimización.
“Son personas que han perdido la confianza en el ser humano”
Además, en el abordaje de las víctimas con traumas complejos es importante fomentar una relación empática entre la víctima y el terapeuta. “Son personas que han perdido la confianza en el ser humano”, mantiene el catedrático, por eso la confianza con el especialista será fundamental. A esto se suma el tratamiento, que debe darse en el menor tiempo posible. “Para evitar que se cronifique la situación es importante iniciar el tratamiento lo antes posible”, puntualiza.
En este punto entra la adherencia y el seguimiento. “Es importante que el tratamiento sea continuo, que no se interrumpa ni se limite”, afirma, “sino que una vez que se inicie, se realice al menos un tratamiento semanal durante al menos de tres a doce meses”, añade. Es decir, el abordaje del trauma complejo requiere continuidad. Pero también precisa de un tiempo límite y no es recomendable que se extienda más de lo debido en el tiempo.
ABORDAJE INDIVIDUALIZADO DEL PACIENTE
Pero el paso fundamental en el tratamiento del trauma complejo es conseguir una atención individualizada. Como destaca el psicólogo clínico, ante los recursos terapéuticos disponibles, como es la atención psicológica, la terapia cognitiva o el uso de psicofármacos, es importante tratar de individualizarlos y acomodarlos a las necesidades específicas de cada paciente.
“Tenemos que profundizar más en el tiempo para hacer tratamientos a la medida de las necesidades que tiene cada paciente”, señala el experto. “Hoy por hoy todavía tenemos que cartografiar las disponibilidades terapéuticas a las necesidades específicas de cada paciente”, concluye.