Los accidentes de tráfico suponen una de las principales causas de muerte externas en España. No en vano, los resultados definitivos del INE sobre defunciones, según la causa de muerte del año 2022, reflejan que hasta 1.815 personas fallecieron por accidente de tráfico: 1.411 hombres y 404 mujeres. Esta cifra, además, ha ascendido en un 13,5% con respecto al anterior periodo. En la mayor parte de las ocasiones se trata de salidas de vía, alcances traseros o distracciones. Según apunta la DGT, detrás de estos datos se encuentra en muchas ocasiones “un conductor que no había descansado suficientemente la noche anterior, que estaba bajo la influencia de determinados fármacos sedantes o que padecía algún trastorno de sueño”.
Así lo ha dado a conocer la Dirección General de Tráfico en su último informe sobre somnolencia y conducción. “La conducción puede verse alterada por la somnolencia debido a que produce efectos como el aumento en el tiempo de reacción ante imprevistos en la circulación, la aparición de microsueños en los que no existe percepción sobre el tráfico, la alteración de los sentidos, movimientos más lentos y automatizados y menos precisos”. Estos factores pueden favorecer la aparición de accidentes.
Más concretamente, el informe apunta que el cansancio o el sueño en la conducción, estuvieron presentes en 77 siniestros mortales de los 1.153 considerados en el año 2021, es decir, en el 7% de los siniestros mortales en todas las vías durante 2021. Esta cifra, como se ha indicado, aumentó incluso más en el 2022, llegando al 8%. Igualmente, en el año 2022, el 11% de los siniestros mortales en vías interurbanas se relaciona con el sueño, lo que supone un aumento de un 2% con respecto al año anterior.
El cansancio o el sueño en la conducción, estuvieron presentes en 77 siniestros mortales
Igualmente, una de las afecciones relacionadas con el sueño y que está presente en muchos de los casos de accidentes, es la apnea del sueño. La apnea supone un empeoramiento de la actividad de conducción que puede ser similar al producido por la ingesta de alcohol o por el déficit de sueño, y que, además, en la mayoría de los casos es crónica. Así se explica desde la dirección general. Así, y pese a que los conductores diagnosticados con esta afección pueden ser aptos, en España esto obliga a realizar una valoración individualizada del conductor y que sus facultativos conozcan en profundidad la repercusión de la enfermedad en el sujeto antes de emitir el informe de aptitudpsicofísica.
La DGT también indica que ya se ha conseguido identificar varios patrones de accidente. Por ejemplo, se establecen patrones como choques por fatiga en curvas urbanas por la tarde en mujeres de mediana edad, durante condiciones lluviosas en hombres o por camiones en áreas industriales. Los casos de somnolencia, además, son bastante comunes según estos datos. Concretamente, un 54,6% de conductores han tenido experiencias de conducción somnolienta en el último año, un 22,6% se ha quedado dormido sin accidente, y un 2,8% ha sufrido accidente por quedarse dormido.
En el caso del perfil del conductor, vemos que existen tanto factores laborales como personales que hacen que se produzcan estas situaciones. En el caso de los factores personales, son los jóvenes quienes más posibilidades tienen que sufrir uno de estos accidentes. La razón radica en que “minimizan los riesgos de su conducción, no reconocen su propio estado de somnolencia o situaciones en las que su seguridad pueda quedar comprometida, y sobreestiman su capacidad para llevar a cabo una conducción segura”.
La carga de la siniestralidad laboral vial derivada de las alteraciones del sueño es del 10%
En cuanto a los factores a nivel laboral, también existen perfiles que pueden sufrir estos accidentes con mayor probabilidad. Son aquellos cuyos empleos se relacionan con largas horas de trabajo, la necesidad de conducción después de medianoche, conductores de autobuses por turnos, o incluso conductores de camiones con contratos que incluyen ganancias basadas en la productividad.
En este sentido, el informe hace un inciso en los casos de somnolencia en el transporte profesional. “Un conductor profesional pasa la mayor parte de su jornada laboral al volante”, se recuerda. “Podemos estimar que la carga de la siniestralidad laboral vial derivada de las alteraciones del sueño es del 10% de dicha siniestralidad”. Por este motivo, se pone de manifiesto la necesidad de regular legalmente los tiempos de conducción y de descanso en el transporte profesional. “Esta reglamentación es la garantía de que la seguridad de los trabajadores y la de todos nosotros está debidamente protegida”, se especifica.
Igualmente, en cuanto a las prevalencias en España comparadas con el resto de Europa, vemos que, en nuestro país, un 66% se ha dado cuenta de que estaba demasiado cansado para conducir en los últimos 12 meses. En este caso la media europea es del 60%. Igualmente, en cuanto al porcentaje de conductores que han parado y descansado porque estaban demasiado cansados para conducir se llega en España al 86% frente al 84% europeo. No obstante, en cuanto al porcentaje de personas que condujeron cuando tenían tanto sueño que les costaba mantener los ojos abiertos, vemos en nuestro país un 20,7% frente al 19,7% de nuestros vecinos.