Espasmo esofágico difuso: síntomas, diagnóstico y tratamientos eficaces

La regurgitación o la disfagia con algunos síntomas de esta patología. Puede llegar a incidir en la calidad de vida de los pacientes y provocar la malnutrición.

Mujer aclarando su garganta (Foto. Freepik)
23 abril 2024 | 11:10 h

El espasmo esofágico difuso se trata de un trastorno del motor primario que se caracteriza por la presencia de la disfagia y dolor torácico intermitente. Esta condición tiene lugar cuando los músculos del esófago se contraen de manera desordenada, resultando en un dolor intenso que puede incidir en la calidad de vida del paciente.

La afección puede obstaculizar la capacidad de ingerir alimentos y líquidos. El esófago, el encargado de transportar alimentos desde la boca hasta el estómago requiere de la apertura del esfínter esofágico, una válvula que permite la entrada de los alimentos al estómago y después, se cierra para que no regresen al esófago.

En esta enfermedad, el esófago tiene contracciones desordenadas e imposibilita la ingesta normal. Cuando el músculo del esfínter está relajado, permite que la comida y bebida pasen al estómago. Sin embargo, las personas  con espasmo esofágico difuso, este músculo se contrae fuertemente, causando dolor y dificultad para tragar.

Puede llegar a desembocar otras complicaciones como la desnutrición y pérdida de peso, ardor, regurgitación y desgarros en el esófago, esta última complicación puede resultar en una afección que recibe el nombre de Mallory-Weiss.

Provoca dolor y angustia en el pecho que pueden confundirse con un ataque al corazón

Esta patología presenta una sintomatología muy característica que afecta directamente al esófago: Las contracciones y la disfagia son la primera señal. Pero, estos espasmos pueden variar en intensidad y frecuencia, desde leves y ocasionales hasta intensos y crónicos. Por su parte, la disfagia o dificultad para tragar, puede dar la sensación de que la comida se atasca en la garganta y generar gran angustia. La regurgitación es otro síntoma que tiende a ir acompañada de un sabor ácido o amargo como resultado del reflujo del contenido estomacal.

Otras señales que algunos pacientes presentan son el dolor en el pecho, puede llegar a ser tan intenso que se confunde con un ataque al corazón.

La causa de esta afección se desconoce. No obstante, existen algunos factores que propician su aparición. Uno de los principales factores que influyen son el estrés o la ansiedad, que pueden provocar un peristaltismo esofágico alterado. De igual manera, determinadas enfermedades autoinmunes y neurológicas pueden desencadenar este tipo de espasmos. Por otro lado, el consumo excesivo de alcohol y determinados grupos de alimentos pueden irritar el esófago y provocar estos espasmos. La edad avanzada y genética también juega un importante papel. Poseer antecedentes familiares o un historial de reflujo gastroesofágico (GERD) también puede suponer un factor de riesgo.

TRATAMIENTO

El diagnóstico se realiza a través de una manometría esofágica, un procedimiento que mide la presión del esófago durante las contracciones, además de su ritmo. Gracias a esta prueba es posible conocer si las contracciones esofágicas son normales o si se están produciendo espasmos. Otra prueba diagnóstica es la endoscopia, que permite al especialista explorar el esófago y detectar cualquier anormalidad física, como una obstrucción o una lesión.

Cabe recordar que cada caso es único y lo factores varían significativamente de un individuo a otro. Por eso, consultar a un especialista es esencial de cara  a iniciar un tratamiento que ayude a manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

El tratamiento se enfoca en el alivio de los síntomas y mejora de la actividad esofágica en lo que a transportar los alimentos se refiere. Los médicos pueden prescribir medicamentos que ayuden a relajar los músculos del esófago, como los bloqueadores de los canales de calcio o los nitratos. En los casos más severos, puede ser necesario realizar una cirugía que corta el músculo del esfínter esofágico inferior y permite que los alimentos pasen más fácilmente al estómago, este procedimiento recibe el nombre de miotomía endoscópica.

De cara a su prevención, es esencial la implantación de un estilo de vida saludable para mantener el esófago en bien estado y evitar los alimentos y bebidas que pueden desencadenar espasmos, como los alimentos muy calientes o fríos y las bebidas alcohólicas. Por otra parte, controlar el estrés y apostar por los ejercicios de relajación como la meditación y el yoga, puede ser muy útil.

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