Las dificultades interpersonales en el trastorno límite de la personalidad (TLP) podrían estar relacionadas con deficiencias en la cognición social, especialmente por déficits en la teoría de la mente. De esta idea parte una nueva investigación llevada a cabo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el área de Salud Mental del CIBER (CIBERSAM), que analiza las dificultades de las personas con TLP para entender las emociones ajenas.
En las primeras manifestaciones del TLP, las personas suelen realizar un exceso de atribuciones mentales, e identifican más intenciones, pensamientos y emociones de las que la otra persona siente o desea transmitir.
Sin embargo, a medida que el trastorno evoluciona, las personas que padecen TLP muestran una tendencia a la ausencia de atribuciones mentales. Por esto, según avanza el TLP, las personas tienen más dificultades para identificar las intenciones o emociones del otro. Este resultado se ha extraído de la investigación de la UCM en colaboración con el CIBERSAM.
Las personas con trastorno límite de la personalidad tienden a sufrir muchos conflictos interpersonales que les provocan una importante desregulación emocional
Debido a esta dificultad por entender las emociones del prójimo, las personas con trastorno límite de la personalidad tienden a sufrir muchos conflictos interpersonales que les provocan una importante desregulación emocional.
Anteriormente, las investigaciones solo habían detectado alteraciones caracterizadas por la sobreatribución de intenciones, pensamientos y emociones en las personas jóvenes con TLP. En cambio, este estudio, publicado en Psychiatry Researchy realizado con pacientes de diferentes rangos de edad y gravedad, ha confirmado la evolución del problema y su impacto en el funcionamiento diario y en la cronicidad del trastorno.
“A nivel clínico, la ausencia de atribuciones implica un deterioro mayor que la sobreatribución, observándose como las personas con TLP con ausencia de atribuciones suelen mostrar un peor funcionamiento”, determina Alejandra Gálvez, investigadora de la UCM y del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos de Madrid (IdISSC).
Esta investigación se basa en 82 pacientes diagnosticados de TLP que se encontraban en tratamiento ambulatorio del Hospital de Día de Trastornos de la Personalidad del Hospital Clínico San Carlos. Todos ellos fueron evaluados mediante la versión española de la Película para la Evaluación de la Cognición Social (MASC).
Esta prueba almacena información de tipo visual (reconocimiento facial de emociones), auditiva (tono de voz, ritmo del habla) y verbal (contenido del lenguaje) para analizar la capacidad de la persona para interpretar la mente del otro. Los datos se compararon con los de un grupo de 47 personas sin diagnóstico neuropsiquiátrico.
Además, en el grupo de personas con TLP se evaluó la relación de estos problemas con la gravedad del trastorno, el grado de funcionamiento y la sintomatología ansioso-depresiva.
“Los resultados de este estudio reflejan que los pacientes con TLP se podrían beneficiar de intervenciones psicoterapéuticas para mejorar la empatía y la comprensión de los pensamientos, intenciones y emociones del otro, como es el caso de la Terapia Basada en la Mentalización. Además, esta terapia deberá adaptarse a las diferentes etapas del trastorno, pudiendo tener un impacto en la mejora del funcionamiento general de los pacientes más crónicos”, concluye Gálvez.