Okayama (Japón) se convirtió en octubre de 2019 en el lugar en el que los ministros de Sanidad de los países integrantes del G20 realizaron una declaración conjunta para poner de relieve el progresivo envejecimiento de la población a nivel global y las repercusiones sociales y económicas de esta nueva realidad. El objetivo de los representantes de la salud se focalizaba en la promoción de políticas orientadas al envejecimiento activo y saludable, a la prevención y al tratamiento de enfermedades transmisibles y no transmisibles. Una meta en la que la vacunación frente a diversas enfermedades se erige como uno de nuestros grandes aliados.
Es un hecho que, a medida que la población mundial envejece, se incrementa la prevalencia de las enfermedades crónicas. Un problema que se une en una complicada ecuación a elementos como el progresivo deterioro del sistema inmunológico (inmunosenescencia) lo que aumenta el riesgo de padecer enfermedades infecciosas. Evitar estas en una población envejecida con patologías crónicas y polimedicada debería ser uno de los principales objetivos de todos los gobiernos.
Ante esta fotografía queremos poner el foco en la tosferina. Una enfermedad infecciosa aguda sumamente contagiosa de las vías respiratorias altas causada por la bacteria gramnegativa Bordetella pertussis. Es necesario recalcar que nos encontramos ante una enfermedad altamente contagiosa con un valor R0 notificado de 12~17, es decir, un valor superior al de la gripe (R0 ≈1,27-1,8) y al de la Covid-19 (los valores R notificados hasta la fecha oscilan entre 2 y 7) y similar al del sarampión (R0 ≈ 12~18).
El impacto de la tosferina en la calidad de vida de los adultos es considerable. Un episodio de tosferina confirmado por el laboratorio se asocia a una pérdida de Años de Vida Ajustados por Calidad (AVAC) de aproximadamente 0,055-0,097 o de 20 a 36 de días de vida ajustada por calidad en adultos y niños de ≥ 5 años, sobre todo si se compara con la de otras infecciones respiratorias agudas, como la gripe (la pérdida global de calidad de vida se estimó en algo menos de tres días).
Con el envejecimiento, los adultos se vuelven más susceptibles a la tosferina. Además, los adultos son hasta 4,5 veces más susceptibles que los jóvenes a la neumonía como complicación de la tosferina. Enfermedades como el asma y la EPOC también podrían empeorar a consecuencia de la tosferina
Las manifestaciones clínicas de la tosferina suelen ser atípicas en los adultos, lo cual dificulta su diagnóstico y hace que esta enfermedad se infradiagnostique de manera frecuente. Con el envejecimiento, los adultos se vuelven más susceptibles a la tosferina. Además, los adultos son hasta 4,5 veces más susceptibles que los jóvenes a la neumonía como complicación de la tosferina. Enfermedades como el asma y la EPOC también podrían empeorar a consecuencia de la tosferina.
PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES RESPIRATORIAS MEDIANTE VACUNACIÓN
Cada vez más países incluyen en sus recomendaciones de vacunación la protección a lo largo de todas las etapas de la vida. Sin embargo, la cobertura en las cohortes de adultos suele ser menor de la deseada. Dos cuestiones que parecen ligadas siempre a la infravacunación son la baja percepción del riesgo y de las posibles consecuencias de las enfermedades prevenibles mediante vacunación (EPV), así como el escaso conocimiento del valor de la vacunación en los adultos.
Ni la tosferina ni la vacunación confieren protección de por vida. Por eso, resulta importante el recuerdo vacunal frente a la enfermedad a lo largo de la vida para prevenir la tosferina y su transmisión, reduciendo la circulación del patógeno. Las vacunas acelulares frente a tosferina empleadas como dosis de recuerdo se han utilizado durante décadas para vacunar a lo largo de la vida, son inmunógenas, y bien toleradas.
Una política de prevención que recomendara la vacunación de recuerdo frente a tosferina durante la edad adulta, asociada a la concienciación de los profesionales sanitarios y la recomendación de éstos a sus pacientes para vacunarse frente a la tosferina, podría reducir sustancialmente la carga sanitaria y económica de la enfermedad.
Ni la tosferina ni la vacunación confieren protección de por vida. Por eso, resulta importante el recuerdo vacunal frente a la enfermedad a lo largo de la vida para prevenir la tosferina y su transmisión, reduciendo la circulación del patógeno
La vacunación de adultos mayores reduciría no solo la carga específica de enfermedad en esa población, sino también su transmisión a otros grupos de edad. Además, en pacientes con asma y EPOC, una estrategia efectiva de vacunación disminuiría las complicaciones asociadas a la tosferina y el costo incremental.
CONTEXTO NACIONAL VACUNACIÓN DTPA ADULTOS
El calendario de vacunación a lo largo de toda la vida del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) incluye la vacunación con dTpa en edad adulta, en embarazadas a partir de la semana 27 de gestación.
En el calendario de vacunación del adulto y situaciones especiales de la Comunidad Autónoma de Asturias, se establece la posibilidad de administrar dTpa o dT como dosis de recuerdo en niños a partir de siete años y adultos no vacunados previamente frente a difteria y tétanos.
Por otro lado, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) en su documento “Recomendaciones de vacunación para adultos y mayores y calendarios vacunales” recomienda preferentemente el uso de dTpa en lugar de dT como dosis de refuerzo tras la primovacunación completa en la edad adulta.
CONTEXTO INTERNACIONAL
En la actualidad, hay 23 países en el mundo que recomiendan la vacunación de recuerdo frente a tosferina en adultos (18-64 años), 16 de los cuales también contemplan esta estrategia de prevención en adultos mayores de 65 años.
En el caso concreto de los pacientes con patologías respiratorias crónicas, como asma o EPOC, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan la administración de dTpa.
Recientemente la guía GOLD 2021, de referencia mundial para los neumólogos, se hace eco de este posicionamiento de los CDC recogiendo entre sus recomendaciones la administración de dTpa en aquellos adultos con EPOC estable que no recibieron durante la adolescencia ninguna dosis de vacuna frente a tosferina.
En el contexto de pandemia en el que nos hallamos se recomienda que los trabajadores de las residencias para la tercera edad y los residentes reciban las vacunas frente a gripe estacional, la tosferina, la varicela, el sarampión, la rubéola, la parotiditis y la hepatitis B según el calendario vigente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) resalta la importancia de mantener los programas de vacunación frente a patologías respiratorias en personas mayores e individuos que padecen enfermedades de riesgo.
La prevención de enfermedades respiratorias y de las hospitalizaciones por neumococo, gripe y tosferina permitirá una mayor disponibilidad de equipos respiratorios, medicamentos y personal de salud para atender a pacientes con Covid-19.