Los ciudadanos europeos que quieran viajar por la Unión Europea tienen la posibilidad de obtener la Tarjeta Sanitaria Europea. Este documento certifica el derecho de su titular a recibir las prestaciones sanitarias que sean necesarias desde un punto de vista médico, durante una estancia temporal en cualquiera de los países integrantes de la Unión Europea.
Al disponer de este documento cabe resaltar que hay ciertas situaciones que no están incluidas bajo su protección. Se trata de dos situaciones muy concretas. La primera de ellas es cuando el motivo del desplazamiento es recibir un tratamiento médico específico. Por otra parte, tampoco es válida cuando se traslada la residencia habitual al territorio de otro Estado miembro.
El ciudadano tiene derecho a los servicios sanitarios como si fuera un residente más
En el caso de España, todos aquellos ciudadanos que tienen derecho a la asistencia sanitaria del sistema de Seguridad Social tienen derecho a obtener el documento. Esto se traduce en todos los trabajadores dados de alta, los pensionistas y los beneficiarios del titular de la asistencia sanitaria.
La tarjeta, además de ser gratuita, se puede solicitar de tres maneras diferentes. O bien llamando al teléfono 901.166.565, bien a través de Internet en la Sede Electrónica o acercándose a un Centro de Atención e Información de la Seguridad Social. Tiene una validez de dos años.
Una vez solicitada, sea de la forma que sea, los beneficiarios la recibirán en un plazo máximo de 10 días en sus domicilios, en ningún caso se entregará en mano. Aquellas personas que la requieran en un plazo de tiempo menor deberán solicitar un Certificado Provisional Sustitutorio.
Entre los servicios que cubre destacan la asistencia de un médico, un hospital o un centro de atención sanitaria como si fuera un residente más. Por ejemplo, si el viaje es a Francia cubrirá la asistencia sanitaria igual que a un francés. Eso sí, sólo cubre los gastos médicos surgidos durante el viaje por problemas de salud y no los anteriores a la realización del mismo.
Esto no quiere decir que el ciudadano esté exento de todo gasto. Continuando con el ejemplo de Francia, a los ciudadanos se les cobra un ticket moderador por los servicios sanitarios (un euro por consulta, 10 euros por especialista o un porcentaje por medicamento) y los extranjeros no están exentos de esta tasa.