Muchas mujeres, tras dar a luz, sufren depresión postparto, cuyos síntomas van desde la agitación e irritabilidad hasta cambios en el apetito y cansancio. Algunas de estas manifestaciones pueden ser similares a las de la tiroiditis postparto, una inflamación del tiroides que tiene lugar después de dar a luz y que se caracteriza por la presencia de taquicardias, diarrea o pérdida de peso. Sin embargo, son patologías totalmente distintas.
Actualmente, cerca del 5% de la población presenta hipotiroidismo, y la causa más frecuente es autoinmune, es decir, el propio cuerpo genera anticuerpos contra el tiroides. Dichos anticuerpos provocan que la glándula no pueda sintetizar con normalidad la hormona tiroidea. Aquellas pacientes que tienen tiroiditis autoinmune presentan hasta un 50% más de posibilidades de desarrollar una tiroiditis postparto tras el embarazo. Además, si se ha tenido tiroiditis postparto en un embarazo anterior, esta probabilidad aumenta en el siguiente.
Se trata de un cuadro bastante frecuente, pues aquellas mujeres que no tienen tiroiditis autoinmune tienen aún así un 10% de posibilidades de desarrollarlo. Además, no puede prevenirse de ningún modo, por lo que “hay que estar atentos para tratarla en cuanto aparezca”, explica para ConSalud el doctor Juan Carlos Galofré, miembro del Área de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Aquellas pacientes que tienen tiroiditis autoinmune presentan hasta un 50% más de posibilidades de desarrollar una tiroiditis postparto tras el embarazo
Suele manifestarse entre los tres y los seis meses después del parto, y se caracteriza por la combinación del hipertiroidismo y del hipotiroidismo generalmente. Aún así, hay ocasiones en las que suele faltar una de las fases, aunque no es lo más común. El proceso de esta condición es, además, prácticamente indoloro y no interfiere con la lactancia materna.
Comienza con una primera fase en la que la tiroides se inflama y libera la hormona que tiene almacenada. Es aquí donde aparecen los síntomas de hipertiroidismo, como son el nerviosismo o las taquicardias. Dicha fase dura de entre uno a tres meses, en función de la paciente.
“A continuación, entra en una fase de hipotiroidismo, porque ya ha liberado toda la hormona que tenía almacenada en la tiroides”, añade el experto. En ese momento no queda más hormona que liberar y, por la inflamación que ha tenido, no es capaz de sintetizarla. Este proceso dura también de entre uno a tres meses, hasta que se suele recuperar la función de forma correcta.
Se trata de una condición que afecta en gran medida a las pacientes, y que suele confundirse con el cansancio común que sufren las mujeres tras el parto. Sin embargo, al cabo del tiempo se encuentran con nervios, taquicardias, diarrea o pérdida de peso, afectando en gran medida a su vida.
Aunque comparte síntomas con la depresión postparto como el cansancio, diferenciarlas es “relativamente fácil”, de acuerdo con el doctor. En la depresión, los pacientes experimentan anhedonia o una sensación de que todo se hace cuesta arriba, pero no provoca síntomas como la diarrea. En este aspecto, es fundamental realizar un análisis de la función tiroidea para salir de dudas.
“El diagnóstico es relativamente sencillo y se hace por sospecha clínica”, comenta el experto de la SEEN. Las pacientes acuden con síntomas de hipotiroidismo y se observa que tuvieron un parto reciente. En ese momento, se piden en el laboratorio análisis de la función tiroidea y se descubre que padecen hipertiroidismo.
Dr. Galofré: “El diagnóstico es relativamente sencillo y se hace por sospecha clínica”
Por su parte, el tratamiento que se lleva a cabo es sintomático, es decir, se tratan los síntomas. “En la primera fase, la de hipertiroidismo, no damos antitiroideos, porque lo que está ocurriendo es que la hormona que está almacenada está como rezumando del tiroides. Entonces, hay que dar tratamientos para evitar los síntomas que genera el hipertiroidismo”, continúa explicando el doctor.
En este aspecto, debido a que los síntomas suelen ser cardiológicos provocando taquicardias o que el paciente esté más activo, se suelen administrar betabloqueantes, que son medicamentos que reducen la presión arterial. Su cantidad, además, se valora en función de la sintomatología que presente la paciente.
Por otro, durante la fase de hipotiroidismo, se le proporciona a la paciente la hormona tiroidea que falta. “En función de la gravedad de su hipotiroidismo, se da la hormona hasta que el cuadro se resuelve por completo”, aclara el doctor Galofré. El cuadro, según añade el doctor, suele resolverse solo al cabo de unos siente meses, aunque hay pacientes que se quedan con hipotiroidismo residual, pero esto es menos frecuente.