Un estudio llevado a cabo por el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN) ha revelado que un tercio de las personas que fallecen durante el invierno presentan infección por algún virus respiratorio. Al respecto, el jefe de la Sección de Enfermedades Transmisibles y Vacunaciones e investigador principal del proyecto, Jesús Castilla, explica que “no significa que todas las personas en las que se detecta un virus, éste haya sido la causa del deceso, pero el porcentaje tan alto sugiere que los excesos de mortalidad que se observan en los inviernos pueden ser debidos a estas infecciones”.
Según ha informado el Gobierno foral, el ISPLN puso en marcha este pionero proyecto de investigación en el año 2016 con el fin de cuantificar el impacto real de la gripe y de otros virus respiratorios sobre el incremento de mortalidad que se observa en los inviernos, ya que todos los años en esta época se produce un exceso de entre 200 y 400 fallecimientos en Navarra. Teniendo en cuenta que la mortalidad en personas que ingresan en los hospitales y que se confirman para gripe u otros virus respiratorios solo explica una parte de este aumento y que aproximadamente la mitad de las muertes se producen fuera de estos centros sanitarios, se dieron cuenta de que debían buscar la explicación fuera del ámbito sanitario.
“La presencia de virus respiratorios es variada”
Es por este motivo que se pusieron en contacto con el grupo Tanatorios Irache, que se sumó a la investigación y se comprometió a contactar con las familias de las personas fallecidas, informarles y, una vez firmado el consentimiento, obtener una muestra para enviarla al Servicio de Microbiología Clínica del Hospital Universitario de Navarra (HUN), donde llevan a cabo la determinación por PCR para evaluar 14 virus diferentes, además de la secuenciación genómica para determinar las cepas y variantes de los virus.
En la temporada 2023-2024 (de octubre a mayo) se han obtenido 515 muestras con resultado válido (la cifra más alta registrada hasta el momento, 19 más que el año anterior y el doble que hace dos años), de las cuales 187 (el 36,3%) han dado positivo para uno o más virus respiratorios. Concretamente, el 12,8% presentaba rhinovirus; el 7,4%, SARS-CoV-2; el 6,8%, coronovirus; el 5,8%, gripe; el 2,3%, virus respiratorio sincitial; el 2,4% parainfluenza; el 2,1%, metapneumovirus; el 0,6% adenovirus; y el 0,4%, bocavirus.
“Al conocer la causa o posible causa de ese exceso de defunciones podemos dirigir intervenciones preventivas específicas o generales”
Al respecto, el doctor Castilla señala que “la presencia de virus respiratorios es variada”. La gripe y la COVID son las infecciones de mayor interés por su frecuencia, gravedad y por contar con vacunas, si bien observan muchos otros virus que aparecen con bastante asiduidad. El rinovirus, que es la principal causa del catarro común, es el más recuente en fallecidos. El virus respiratorio sincitial, que produce bronquiolitis en la población infantil, "se encuentra en una proporción apreciable de personas mayores que fallecen, y se prevé que próximamente habrá disponibles vacunas frente a él". Los coronavirus distintos de la COVID también se detectan con frecuencia en los casos analizados.
Como destaca el investigador principal, “al conocer la causa o posible causa de ese exceso de defunciones podemos dirigir intervenciones preventivas específicas o generales” y recuerda, al respecto, que todas estas infecciones “pueden ser prevenibles con aquellas medidas que aprendimos durante la pandemia: que las personas con síntomas eviten el contacto con otras vulnerables, mantener la distancia física entre individuos, el uso adecuado de mascarillas, la ventilación de las estancias y el lavado de manos”.