Con la proliferación de las redes sociales llegaron los influencers, personas que se han hecho un nombre a través de estas plataformas, donde divulgan diferentes contenidos o promocionan productos de diferentes marcas.
Recientemente se ha puesto de moda que estas personas recomienden productos relacionados con el sector salud, un hecho que no está exento de riesgo. Y es que cada vez son más los youtubers o instagramers que, en medio de su discurso, publicitan productos que no siempre están disponibles sin receta médica y ofrecen consejos erróneos y peligrosos para la salud de la sociedad.
La gravedad del asunto no deja indiferente a nadie. El uso inadecuado de este tipo de medicamentos puede provocar que la bacteria se acostumbre a ese antibiótico, generando resistencias que impiden el buen funcionamiento de los fármacos.
El uso correcto de los antibióticos es la mejor manera de frenar las resistencias a estos
En Europa, se estima que las resistencias antibióticos causaron 33.000 muertes en el año 2015; esto supone una cifra 30 veces superior al número de fallecidos en accidentes de tráfico. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el año 2050 habrá más muertes en el mundo relacionadas con las superbacterias resistentes a los antibióticos que por el cáncer.
El uso correcto de los antibióticos es la mejor manera de frenar las resistencias a lo antimicrobianos, motivo por el cual, resulta imprescindible la implantación de medidas para garantizar un uso apropiado y evitar que éstos pierdan eficacia.
Una aplicación informática de Osakidetza optimizará los tratamientos favoreciendo el buen uso de los antibióticos
Las nuevas tecnologías pueden convertirse en una herramienta clave para reducir el gasto indebido de estos. Conscientes de ello, dos centros hospitalarios de Osakidetza, el Hospital Universitario Araba y el Hospital Bidasoa, participan en el pilotaje de una aplicación informática que permite visualizar los datos del paciente hospitalizado, los datos de microbiología y los tratamientos, con el fin de revisarlos diariamente y administrar el tratamiento más adecuado.
Así, a través de un sistema de alertas, gestionado por un equipo multidisciplinar compuesto por al menos un farmacéutico, un microbiólogo y un profesional asistencial, la aplicación permite optimizar tratamientos y favorecer así el buen uso de los antibióticos.