Convertir los programas de ahorro de sangre en actividad prioritaria para un correcto abordaje de todos los aspectos transfusionales del paciente. Ese fue el principal objetivo con el que se concluyeron las jornadas anuales de Giemsa (Grupo internacional de estudios multidisciplinarios sobre autotransfusión) y Awge (Grupo de trabajo sobre Anemia en España) sobre la ‘Actualización en Anemia y Medicina Transfusional’. Un simposio organizado por primera vez en Pamplona, de la mano de la Clínica Universidad de Navarra y del Centro Regional de Transfusión Sanguínea de Navarra durante los pasados 17 y 18 de noviembre.
Esta edición contó con un centenar de especialistas, entre los que figuraban anestesistas, cirujanos y hematólogos, reunidos para mejorar el conocimiento sobre los riesgos inherentes a la transfusión y alternativas a la misma. Un estudio que derivó en la importancia en el ahorro de sangre.
"Se requiere la mejora de la anemia antes de la operación quirúrgica"
“Se circunscriben a los tres pilares del 'Patient Blood Management' (PBM): optimización de la anemia preoperatoria, manejo hemostático y quirúrgico intraoperatorio y tolerancia a la anemia postoperatoria”, explica el doctor José Antonio Páramo, codirector del Departamento de Hematología de la Clínica y miembro del comité organizador.
Gracias a un trabajo multidisciplinar se busca la implementación de protocolos específicos para la optimización del paciente de cara a la cirugía. “Esto requiere la mejora de la anemia antes de la operación quirúrgica, un cuidadoso manejo de la cirugía evitando en lo posible las pérdidas de sangre y la tolerancia a la anemia, que se traduce en una estrategia restrictiva a la hora de la trasfusión con la idea de evitar transfusiones innecesarias”, aclara. Unas medidas con un doble beneficio: mayor seguridad para el paciente y menor coste para la institución.