Investigadores del Ciberonc (Centro de Investigación Biomédica en Red de Cáncer), liderados por Carlos Camps, del Hospital General Universitario de Valencia, han descrito una firma génica que está ligada al pronóstico negativo de supervivencia en pacientes de cáncer de pulmón de células no pequeñas.
Este trabajo, que acaba de publicarse en la revista científica Cell Death & Disease, ha permitido detectar diferentes genes que se expresan en las células madre tumorales y que estarían asociados a la resistencia a la quimioterapia, la capacidad de invasión y agresividad en este tipo de cáncer.
El cáncer de pulmón es el cáncer más común y la principal causa de muerte por cáncer en todo el mundo, con una tasa de supervivencia del 15% a los 5 años del diagnóstico.
El 85% de los casos se clasifican como cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP) –que incluye adenocarcinoma (ADC), carcinoma de células escamosas (SCC) y carcinoma de células grandes–, y el 75% se diagnostica en etapas avanzadas, cuando la cirugía ya no es posible.
Las células madre cancerosas juegan un papel clave en la recaída y metástasis del tumor.
En los últimos años, se han logrado avances significativos en el desarrollo de terapias para los pacientes de CPCNP, pero muchos aún desarrollan resistencia al tratamiento. La cirugía curativa es el estándar de atención, pero entre el 35 y el 50% de los casos, después de un tratamiento quirúrgico aparentemente exitoso, la aparición de tumores secundarios a menudo conduce a la recaída.
Se cree que las células madre cancerosas sobreviven después de los tratamientos convencionales y regeneran los tumores incluso cuando son indetectables. Estas células se caracterizan por su potencial de autorrenovación y una gran actividad tumorigénica, lo que indica que juegan un papel clave en la evolución, recaída y metástasis del tumor.
Los investigadores del Ciberonc, se centraron en estudiar la población de células madre cancerosas a partir de las muestras de 134 pacientes con el objetivo de identificar genes y moléculas que podrían tener un papel importante en el pronóstico, en la evolución o constituir la base para nuevas terapias dirigidas a estas células.
Para ello, realizaron cultivos tridimensionales, llamados tumoresferas, derivadas de las células del paciente. Al estudiar estas tumoresferas, los investigadores encontraron que “mostraban un gran potencial tumorigénico y capacidad de invasión, y resultaron muy resistentes a altas dosis de agentes quimioterápicos”, explica Alejandro Herreros-Pomares, primer firmante del trabajo.
La investigación se centró en seis genes relacionados con la resistencia a los tratamientos.
Los investigadores hallaron en estas esferas tumorales una mayor expresión de distintos genes que codifican enzimas relacionadas con la protección celular, inductores de pluripotencia, reguladores del ciclo celular y genes relacionados con la metástasis.
Entre ellos, el uso de un algoritmo matemático permitió centrar la investigación en el estudio en seis genes concretos (CDKN1A, NOTCH3, CD44, ITGA6, NANOG y SNAI1). Estos genes, sobreexpresados en estas tumoresferas, pueden relacionarse con las características de agresividad y resistencia a los tratamientos.
Tres de estos genes (CDKN1A, ITGA6 y SNAI1) están íntimamente ligados con el pronóstico de los pacientes tras la cirugía. “Utilizando estos marcadores, creamos una firma génica que resultó ser un biomarcador pronóstico independiente de supervivencia para los pacientes con cáncer de pulmón, especialmente para aquéllos con adenocarcinoma”, afirma Eloísa Jantus, otra de las integrantes del equipo.
Los investigadores crearon un sistema de puntuación que combina la expresión de estos tres genes. “Los pacientes con el puntaje más alto presentaron una supervivencia general más corta”, explican los investigadores.