El alzhéimer es una enfermedad degenerativa cerebral en la que se pierden neuronas, se produce el acúmulo de una proteína anormal (amiloide) y muestra lesiones características. Se trata de la principal causa de demencia, aunque no es la única, cuyos síntomas están relacionados con la pérdida de capacidad intelectual y funcional. A lo largo de la evolución de la enfermedad aparecen los denominados síntomas conductuales y psicológicos de la demencia.
Actualmente esta enfermedad no cuenta con un tratamiento curativo, sin embargo existen terapias farmacológicas y no farmacológicas (intervenciones psicosociales) que pretenden ralentizar el proceso de deterioro, procurando mantener el máximo tiempo posible la autonomía y las capacidades preservadas.
A lo largo de la evolución de la enfermedad de Alzhéimer aparecen los denominados síntomas conductuales y psicológicos de la demencia
En este punto es fundamental la investigación científica acerca de la enfermedad en busca de nuevas alternativas terapéuticas que mejoren el estado y la calidad de vida de los afectados por la enfermedad de Alzheimer y sus familiares. La Confederación Española de Alzheimer (Ceafa) defiende este ámbito y, de hecho, una de sus líneas de actuación es la de apoyar la investigación básica, clínica y social, como centro para encontrar la solución al problema del alzhéimer.
La investigación que llevan a cabo, en este caso sociosanitaria, permite obtener nuevos conocimientos en el campo de la realidad social relacionada con la salud que permite diagnosticar necesidades e identificar problemas que permitan optimizar las condiciones actuales y mejorar la calidad de vida de las personas con la enfermedad de Alzheimer y la de sus familiares cuidadores.
La industria farmacéutica es la encargada de la investigación científica y, por lo tanto, su aportación es fundamental. En ocasiones no es suficiente ante la falta de resultados frente al problema, algo que se agrava cuando determinados laboratorios dejan de investigar sobre la enfermedad.
Recientemente la compañía farmacéutica Pfizer anunció que iba a dejar de invertir en el desarrollo de nuevos medicamentos para combatir las enfermedades de alzhéimer y párkinson, al no encontrar la efectividad deseada en los resultados. Ahora, la farmacéutica está planeando usar los ahorros para financiar sus proyectos de I+D de medicamentos en otras áreas y ha calificado la decisión como “un ejercicio para reasignar” determinados gastos hacia aquellas áreas donde su cartera de productos y su experiencia científica son más sólidas. El cese de una investigación para los pacientes "es una noticia muy triste. El hecho de que varios laboratorios en los últimos meses hayan decidido abandonar la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer, no sólo rompe las expectativas de una solución pronta a esta terrible enfermedad, también envía un mensaje de “hemos tirado la toalla” a los pacientes, que acaba con cualquier esperanza al respecto", dice la presidenta de Ceafa, Cheles Cantabrana en declaraciones a ConSalud.es.
Además, aclara, que "en el conocimiento que tenemos sobre las consecuencias de la enfermedad, las Terapias No Farmacológicas (TNF), que las Asociaciones de Familiares de Alzheimer (AFAs) ofrecen a los pacientes se han mostrado eficaces en el enlentecimiento del avance de la enfermedad y la mejora de calidad de vida de éstos y de sus familiares, pero no es suficiente. Las familias, los pacientes más jóvenes o los que están en primeras fases esperan, a la par, avances médicos".