El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es el trastorno psiquiátrico más frecuente en la infancia. Se estima que lo padece el 5% de la población infantil-juvenil, lo que equivale a uno o dos niños por aula. Se trata de un trastorno biológico, de origen neurológico, provocado por un desequilibrio existente entre dos neurotransmisores cerebrales: la noradrenalina y la dopamina, que afectan directamente a las áreas del cerebro responsables del autocontrol y de la inhibición del comportamiento inadecuado.
Los altos índices de hiperactividad; la dificultad para controlar las conductas, emociones y pensamientos en forma de impulsividad; así como la incapacidad para prestar atención y concentrarse, lo que se conoce como inatención, son las principales alteraciones que se producen en los niños con TDAH. Así lo destacan desde la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (feaadah).
“Los niños tienen que ser vistos por un psiquiatra o por un neurólogo y no quedarse en otros niveles asistenciales”
Asimismo, consideran que estos síntomas no siembre están presentes de manera conjunta. El diagnóstico clínico es por tanto fundamental. La psiquiatra del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Marina Díaz-Marsá, explica a ConSalud.es, que es para llevar al mismo, “los niños tienen que ser vistos por un psiquiatra o por un neurólogo y no quedarse en otros niveles”.
Sólo los diagnósticos que ofrecerán esos profesionales están basados en criterios clínicos, añade esta especialista, al centrarse en evaluaciones neuropsicológicas que determinan el grado de impulsividad de y de atención de los pequeños afectados. Todo ello “debe hacerse por un médico”, dice, “creo que si se queda en manos de psicólogos o de coaches, a lo mejor el diagnóstico puede ser incorrecto”.
LOS DATOS DEL TDAH
El TDAH es crónico y suele manifestarse antes de los 7 años. A lo largo del desarrollo del niño, sus síntomas pueden cambiar o disminuir; no obstante, se estima que más del 80% de los niños continuarán presentando problemas en la adolescencia, y entre el 30% y el 65%, en la edad adulta.
Con respecto a las formas en que se manifiesta el TDAH, existen varias etapas: hasta los cinco años, cuando los niños suelen presentar un desarrollo motor precoz. Comienzan a caminar muy temprano y en general, son descritos por los padres como niños inquietos, "impulsados por un motor". Durante la edad escolar, en la que los niños comienzan a tener problemas en el aprendizaje de la lectoescritura, lo que suele ocasionar fracasos escolares. Estos fallos se agudizan cuanto más se le exige al niño sin proporcionarle un tratamiento adecuado. En esta etapa es cuando más se detectan casos de TDAH.
Por último, en la adolescencia se producen cambios sustanciales. La hiperactividad suele disminuir notablemente hasta convertirse en una sensación subjetiva de inquietud. Aún así, más del 80% de los jóvenes sigue teniendo problemas de atención e impulsividad.