Los pacientes con adicción grave al alcohol podrán ser tratados con terapia génica. De acuerdo con un estudio dirigido por un investigador del Centro Médico y Facultad de Medicina Wexner de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos), la terapia génica podría ofrecer un tratamiento único y sostenido para los pacientes de trastorno por consumo de alcohol.
En el estudio con animales, publicado en la revista "Nature Medicine", utilizaron un modelo de primate aceptado para demostrar que la liberación sostenida de factor neurotrófico derivado de la glía (hGDNF) en una región del cerebro denominada área tegmental ventral (ATV) puede prevenir la vuelta al consumo excesivo de alcohol tras un periodo de abstinencia. Además, es posible que lo haga sin alterar otros comportamientos motivados.
"Este enfoque de terapia génica se dirige a los cambios en la función de la dopamina en la vía de recompensa mesolímbica del cerebro que son causados por el consumo crónico de alcohol", señala el co-investigador principal y coautor Krystof Bankiewicz, profesor de Cirugía Neurológica y director del Centro de Rendimiento y Salud Cerebral en Ohio State. "Nuestros hallazgos sugieren que este tratamiento puede prevenir las recaídas sin requerir una adherencia al tratamiento a largo plazo por parte de los pacientes", afirma.
Las personas con trastorno por consumo de alcohol (TCA) suelen experimentar ciclos repetidos de abstinencia seguidos de recaídas, incluso cuando utilizan una de las pocas terapias farmacológicas aprobadas, según apunta Bankiewicz.
Bankiewicz: "Este enfoque de terapia génica se dirige a los cambios en la función de la dopamina en la vía de recompensa mesolímbica del cerebro que son causados por el consumo crónico de alcohol"
El consumo excesivo de alcohol altera ciertas vías nerviosas del cerebro que intervienen en la liberación del neurotransmisor dopamina. Estas neuronas conforman la vía mesolímbica de recompensa, que desempeña un papel fundamental en la adicción al alcohol y las drogas.
Estas alteraciones se acentúan a medida que se desarrolla la TCA. Incluyen niveles reducidos de liberación de dopamina, menor sensibilidad de los receptores de dopamina y mayor captación de dopamina. Estos cambios conducen a niveles inferiores a los normales de dopamina en la vía. Los científicos creen que este estado "hipodopaminérgico" puede obligar a los consumidores excesivos de alcohol a volver a beber tras periodos de abstinencia.
"Por el momento, no existen terapias dirigidas a los circuitos cerebrales alterados por el consumo excesivo y continuado de alcohol", afirma la co-investigadora principal y coautora del estudio, Kathleen Grant, doctora, jefa y profesora de Neurociencia del Comportamiento en el Centro Nacional de Investigación en Primates de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón.
En este estudio se utilizó un modelo aceptado de consumo de alcohol por parte de macacos rhesus para examinar la viabilidad y eficacia de introducir un vector vírico en el cerebro con el fin de inducir la expresión continua de GDNF, disminuir el consumo de alcohol y evitar que se vuelva a beber tras la abstinencia.
En la investigación participaron ocho macacos rhesus macho, y el vector era un virus adenoasociado portador de un gen del factor neurotrófico humano derivado de la glía (AAV2-hGDNF).
Bankiewicz: "Nuestros resultados indican que la terapia génica con GDNF podría reducir la ingesta de alcohol asociada a la reintroducción en nuestro modelo de primate"
Primero se habituó a los ocho animales al consumo de alcohol al 4%. A continuación, a cuatro animales se les infundió el vector hGDNF directamente en el VTA, situado en el suelo del mesencéfalo. Las neuronas del VTA conectan con la vía mesolímbica de la recompensa. Los cuatro animales restantes sirvieron de control. Se les infundió solución salina estéril siguiendo el mismo procedimiento quirúrgico.
El estudio halló que la infusión de AAV2-hGDNF redujo significativamente la ingesta de alcohol en múltiples ciclos de abstinencia y reintroducción de cuatro semanas y los niveles de etanol en sangre fueron indetectables en los sujetos tratados con GDNF y se mantuvieron indetectables durante la mayoría de las semanas hasta el final del estudio.
Además, los sujetos de control mostraron una ingesta mensual y semanal de alcohol y unos niveles de etanol en sangre sistemáticamente elevados a lo largo de los ciclos, como grupo e individualmente.
"En general, nuestros resultados indican que la terapia génica con GDNF podría reducir la ingesta de alcohol asociada a la reintroducción en nuestro modelo de primate --afirma Bankiewicz--. Creemos que este enfoque muestra méritos para un estudio más profundo como una terapia prometedora para el TCA y posiblemente otros trastornos por abuso de sustancias".