¿Terapia cognitivo-conductual o psicodinámica? El abordaje de la salud mental, a debate

Dos nuevos documentos abren el debate sobre la importancia de la terapia cognitivo-conductual y de la inclusión de otros enfoques a raíz de la actualización de las directrices de la OMS para el tratamiento de trastornos de salud mental

Dos nuevos documentos abren el debate sobre la importancia de la terapia cognitivo-conductual y de la inclusión de otros enfoques (Foto. Freepik)
Dos nuevos documentos abren el debate sobre la importancia de la terapia cognitivo-conductual y de la inclusión de otros enfoques (Foto. Freepik)
Carmen Bonilla
31 julio 2024 | 19:30 h
Archivado en:

Actualmente, la salud mental es el protagonista de la mayoría de debates sobre salud, ya sea por el aumento de los trastornos o de la propia visibilidad que se le da a la situación. Esta situación trae consigo nuevas formas de terapia, así como nuevas preocupaciones y debates. En promedio, solo el 2% de los presupuestos de salud mundiales se asignan a la salud mental y el 82% de las personas con trastornos mentales viven en países de ingresos bajos y medios (PIBM), por lo que es urgente desarrollar una atención de salud mental efectiva y estable. Con este objetivo se actualizaron las directrices de la OMS para el tratamiento de los trastornos de salud mental, que hace hincapié en los tratamientos psicoterapéuticos guiados por manuales basados en evidencia.

Sin embargo, una reciente publicación en The Lancet Psychiatry argumenta que la selección de la OMS se centra en la terapia cognitivo-conductual, pasando por alto el conjunto de evidencia que respalda otros enfoques terapéuticos, como la terapia psicodinámica. Esta, guiada manualmente, cumple con los criterios actualizados de la Asociación Americana de Psicología para tratamientos con respaldo empírico.

Dicho respaldo cubre el tratamiento de los trastornos depresivos, de ansiedad, somatoformes y de personalidad. Además, existen muchas más pruebas de la eficacia de la terapia psicodinámica para el tratamiento de una gran cantidad de trastornos mentales, incluidos trastornos de la alimentación, de estrés postraumático, trastornos relacionados con sustancias y tratamiento de niños y adolescentes con depresión.

Existen pruebas de que la terapia psicodinámica es eficaz en pacientes cuyos síntomas no responden a otros tratamientos, incluidos los individuos con trastornos somatoformes crónicos o resistentes al tratamiento

De acuerdo con la publicación, también existen pruebas de que la terapia psicodinámica es eficaz en pacientes cuyos síntomas no responden a otros tratamientos, incluidos los individuos con trastornos somatoformes crónicos o resistentes al tratamiento. A su vez, se ha demostrado que la terapia psicodinámica ayuda a reducir los intentos de suicidio y las autolesiones tanto en adultos como en adolescentes. El problema radica en que, para este último caso, la OMS únicamente recomendó métodos digitales independientes basados en la terapia cognitivo-conductual, la terapia conductual dialéctica, la terapia de resolución de problemas y la atención plena, con solo una recomendación condicional basada en una baja certeza de la evidencia.

La evidencia muestra que la terapia conductual y la terapia cognitivo-conductual no pueden considerarse las únicas soluciones para la atención de la salud mental. Por ejemplo, las tasas de respuesta de la terapia cognitivo-conductual en los trastornos depresivos y de ansiedad, incluidos los trastornos obsesivo-compulsivos y de estrés postraumático, oscilan entre el 34% y el 44%, con tasas de remisión aún más bajas. Además, inciden en que es posible que muchos pacientes se queden sin acceso a tratamientos más adecuados que podrían ofrecerles beneficios sustanciales. “Por ejemplo, en el caso de los trastornos de ansiedad, la OMS señaló que se necesitan más investigaciones para aclarar si otras terapias distintas de la terapia cognitivo-conductual pueden ofrecer beneficios similares”, argumentan los autores del documento.

Por todo ello, abogan por la incorporación de terapias psicodinámicas, entre otros enfoques psicoterapéuticos basados en la evidencia, en las directrices de la OMS, y recomiendan la participación de expertos en el grupo de elaboración de directrices de la OMS que tengan conocimiento de los resultados de otros enfoques distintos de la terapia cognitivo-conductual. Sin embargo, el debate surge porque el manual de la OMS se redactó con el objetivo de aumentar el acceso a intervenciones psicológicas realizadas por personal no especializado capacitado y supervisado. Casi todos los médicos y enfermeras de Atención Primaria están muy ocupados para ofrecer intervenciones psicológicas de varias sesiones, por lo que sería interesante que las intervenciones pudieran ser ofrecidas por otro personal vinculado a la atención primaria de la salud, como consejeros o trabajadores de salud comunitarios.

La importancia de las recomendaciones de la terapia cognitivo-conductual en las directrices de la OMS se debe a que la evidencia disponible sobre esta terapia es mayor que la de otros enfoques

El Grupo de Elaboración de Directrices formuló recomendaciones para intervenciones en diferentes trastornos que abarcan la terapia cognitivo-conductual y la psicoterapia interpersonal, además de algunas intervenciones adecuadas para ser realizadas por personal con una formación más amplia.

La importancia de las recomendaciones de la terapia cognitivo-conductual en las directrices de la OMS se debe a que la evidencia disponible sobre esta terapia es mayor que la de otros enfoques, particularmente en los países de ingresos bajos y medios. La investigación sobre intervenciones psicológicas en estos países se ha basado predominantemente en la terapia cognitivo-conductual, posiblemente debido a la relativa facilidad con la que se puede formar a personas no especializadas en esta terapia y a su popularidad entre los investigadores.

Algunos de los mayores desafíos que afectan la brecha mundial en el acceso a una atención de salud mental asequible y eficaz pasan por la ausencia de una fuerza laboral suficiente, incluso para intervenciones psicológicas, y la brecha de información en la investigación. Para ayudar a abordar estos desafíos y promover el acceso a una gama más amplia de intervenciones psicológicas efectivas, es importante que los investigadores y sus financiadores sigan desarrollando evidencia para intervenciones psicológicas que puedan ser implementadas por parte de no especialistas bajo la supervisión de especialistas. Cuando se logre este objetivo, las directrices de la OMS incluirán una gama más amplia de enfoques de intervención para aumentar el acceso a una atención de salud mental basada en evidencia, incluso en lugares donde esta atención se necesita con urgencia.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído