Un nuevo estudio de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), encabezado por el investigador Jeremy R. Van't Hof, ha examinado la incidencia de la arteriopatía periférica entre los consumidores de productos del tabaco sin combustión. Los resultados muestran que el consumo de tabaco de mascar y rapé se asocia a un riesgo dos veces mayor de padecer arteriopatía periférica, según explica este estudio publicado en la revista científica 'American Journal of Preventive Medicine'.
"Hace tiempo que conocemos la relación entre el consumo de cigarrillos y las enfermedades cardiovasculares y la arteriopatía periférica. Se dispone de mucha menos información sobre los efectos nocivos de las formas no combustibles de tabaco y la exposición a la nicotina. Sobre la base de investigaciones anteriores que asociaban el consumo de tabaco sin combustión con las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares, nuestros resultados relacionan el consumo de estos productos con una mayor incidencia de la arteriopatía periférica", informa Van't Hof.
Este estudio investigó los resultados del Estudio sobre el Riesgo de Aterosclerosis en las Comunidades, que ha realizado un seguimiento de adultos en Estados Unidos desde finales de la década de 1980 y del que se tomaron los datos de 14.344 participantes.
"Nuestros resultados relacionan el consumo de estos productos (tabaco de mascar y rapé) con una mayor incidencia de la arteriopatía periférica"
La investigación caracterizó a los adultos según el consumo de tabaco sin combustión y el consumo de cigarrillos y, a continuación, analizó quiénes desarrollaron arteriopatía periférica identificando las hospitalizaciones con códigos de diagnóstico de arteriopatía periférica o revascularización de la pierna. El consumo de tabaco sin humo se asoció a un riesgo dos veces mayor de padecer arteriopatía periférica. Este aumento del riesgo sólo se observó en personas que no fumaban al inicio del estudio.
La tasa de diagnósticos de arteriopatía periférica fue de 4,4 por 1.000 años-persona entre los consumidores de tabaco sin humo y de 3,4 por 1.000 años-persona entre los fumadores habituales de cigarrillos. En comparación, sólo hubo 1,3 casos de arteriopatía periférica por cada 1.000 años-persona entre los individuos que nunca habían consumido productos del tabaco sin combustión y que no fumaban cigarrillos en ese momento.
No se produjo un aumento del riesgo para los participantes que consumían tabaco sin humo y también fumaban cigarrillos. Esto puede deberse a que el riesgo de arteriopatía periférica por fumar cigarrillos es lo suficientemente elevado como para que la adición de una exposición adicional al tabaco contribuya poco a ajustar ese riesgo.
"Si bien los productos de tabaco sin humo pueden no exponer a las personas a los efectos nocivos de la combustión, nuestro estudio muestra que, no obstante, tienen un impacto adverso en la salud vascular. Es importante que los médicos comprendan estas implicaciones para la salud, examinen a los pacientes para detectar cualquier forma de consumo de tabaco y nicotina, y les asesoren en consecuencia", concluye Van't Hof.