Cada 21 de diciembre España celebra, a petición de la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer, el Día Nacional del Niño con Cáncer. Una fecha acordada con el Ministerio de Sanidad que tiene como objetivo concienciar a la sociedad sobre cómo esta enfermedad afecta a los más pequeños. De acuerdo con los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se calcula que cada año padecen cáncer alrededor de 400.000 niños y adolescentes de entre cero y 19 años en todo el mundo.
Entre los tipos más comunes de cáncer infantil se encuentran las leucemias, los cánceres cerebrales, los linfomas y tumores sólidos como el neuroblastoma y los tumores de Wilms. A pesar de que, por norma general, el cáncer infantil no puede prevenirse y ni detectarse mediante programas de cribado, la mayoría pueden curarse mediante medicamentos genéricos y tratamientos como la cirugía o la radioterapia. En este sentido, uno de los grandes problemas que existen es la brecha de acceso a los fármacos y tratamientos entre los países en función de sus recursos. De este modo vemos que mientras el 80% de los niños afectados por el cáncer en países de altos ingresos logra curarse, la cifra se reduce a menos del 30% en las naciones de medios y bajos ingresos.
La OMS denuncia que en los países con menos recursos las muertes evitables por cáncer infantil obedecen a la falta de medios de diagnóstico, diagnósticos incorrectos o tardíos, dificultades y barreras a la hora de acceder a la atención sanitaria, abandono de los tratamientos, problemas de tratamiento o a recidivas (repetición de una enfermedad poco después de ha finalizado la convalecencia). Y es que, según los últimos datos de la OMS, solo un 29% de los países con bajos ingresos declara que su población tiene a su disposición fármacos frente al cáncer. En el caso de los países de altos ingresos hablamos del 96%.
Si ponemos el foco en España, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), a través de su Observatorio y del Registro Nacional de Tumores Infantiles, publicaba el pasado mes de febrero que 1.006 niños y adolescentes con edades comprendidas entre los cero y los 14 años. La prevalencia en nuestro país a cinco años en términos de cáncer infantil es de 2.052 casos. Se ha registrado una mayor prevalencia en niños (60%) que en las niñas (40%).
Entre los tipos más comunes de cáncer infantil se encuentran las leucemias, los cánceres cerebrales, los linfomas y tumores sólidos como el neuroblastoma y los tumores de Wilms
Por tipos de cáncer infantil, en España los más frecuentes son las leucemias (30%), tumores del sistema nervioso central (22%), tumores cerebrales (20%) y linfomas (13%). Según los datos la supervivencia de los niños y jóvenes diagnosticados con cáncer a cinco años es del 75%. Con un aumento de la supervivencia del 43% entre 1980 y 2006, y una reducción del riesgo de muerte en los cinco años siguientes al diagnóstico del 50%.
Mientras que en los cánceres en adultos la prevención desempeña un papel fundamental ante factores de riesgo evidenciados como claros impulsores del riesgo de determinados tumores, en el caso de los niños la estrategia más eficaz para reducir la carga que el cáncer infantil supone en términos de morbilidad y mejorar la evolución clínica es el diagnóstico precoz y correcto. Una vez logrado este paso el siguiente es el tratamiento eficaz y las medidas de apoyo personalizadas. Detectar un cáncer a tiempo no solo aumenta las tasas de supervivencia y de éxito de los tratamientos, sino que disminuye el sufrimiento de los pacientes y, a menudo, exige un tratamiento más económico y menos intensivo. “Es fundamental establecer correctamente el diagnóstico, porque cada tipo de cáncer requiere una pauta terapéutica distinta que puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia”, asevera la OMS.
En este sentido el reconocimiento de los síntomas que pueden alertar es fundamental. El cáncer infantil suele manifestarse con cuadros clínicos de fiebre, cefaleas intensas y persistentes, dolores óseos o pérdida de peso, entro otros.
La OMS puso en marcha en 2018, con el apoyo del St. Jude Childrens’s Research Hospital, la Iniciativa Mundial contra el Cáncer Infantil. A través de esta se ofrece a los gobiernos pautas y asistencia técnica con el objetivo de establecer y mantener programas de calidad. La meta fijada es que para el año 2030 se alcance una tasa mínima de supervivencia del 60% de todos los niños con cáncer. Un ambicioso objetivo ya que su consecución supondría duplicar prácticamente el dato actual y se traduciría en más de un millón de vidas salvadas en los próximos 10 años.
En diciembre de 2021, la OMS y el St. Jude Children’s Research Hospital pusieron en marcha la Plataforma Mundial por el Acceso a Medicamentos contra el Cáncer Infantil, primera iniciativa de este tipo, que sirve para procurar un suministro ininterrumpido de medicamentos contra el cáncer infantil de calidad garantizada, acompañado de la prestación de un apoyo integral que va de la selección a la administración de los medicamentos con arreglo a las mejores normas posibles de atención.