Actualmente en España viven más de 450.000 personas con trastorno del espectro del autismo (TEA), lo que supone, contando con sus familias, que más de un millón personas se encuentran vinculadas a esta situación. Entre las personas adultas en el espectro de autismo sin discapacidad intelectual asociada, el suicidio es la segunda causa más probable de muerte, solo después de los problemas cardíacos.
De hecho, la evidencia científica apunta que las personas adultas con TEA son más propensas a experimentar problemas de salud mental, como depresión y ansiedad, e incrementan el riesgo de suicidio. Según señalan desde la Confederación de Autismo en España, son numerosos los estudios que apuntan a que dos de cada tres personas diagnosticadas de trastorno del espectro del autismo en la edad adulta habrían contemplado el suicidio en algún momento de sus vidas.
La prevención y la vigilancia del bienestar emocional en la infancia y adolescencia es clave para minimizar el riesgo de suicidio en esta etapa vital
"Entre la población infantojuvenil con TEA, la ideación suicida, las autolesiones y los intentos de suicidio son también fenómenos que aparecen con frecuencia. Además, diferentes estudios apuntan a que la ideación suicida se presenta entre las niñas, adolescentes y mujeres con mayor frecuencia que en el caso de los varones en el espectro del autismo. Asimismo, señalan que es tres veces más probable que ellas manifiesten la intención de cometer suicidio que las mujeres sin autismo. El pensamiento y los procesos cognitivos de las personas con autismo también pueden hacerlas más vulnerables frente a este tipo de situaciones. Por ejemplo, los patrones de pensamiento repetitivos e inflexibles pueden hacer que la ideación suicida", señalan.
La dificultad para comunicarse y mostrar sus sentimientos puede influir muy negativamente a la hora de pedir ayuda a los demás, junto con la falta de apoyo social y de relaciones interpersonales pueden desencadenar una clara sensación de soledad. Por ello, varios trabajos muestran que las ideas suicidas, las autolesiones y los intentos de suicidio son frecuentes en la población infantojuvenil con TEA.
Entre las mujeres diagnosticadas con autismo, la intención de cometer suicidio es tres veces más alta que en las mujeres sin esta condición
Ante estas cifras y con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se celebra el 10 de septiembre, la Confederación de Autismo en España trata de fomentar la prevención y la vigilancia del bienestar emocional de estas personas a lo largo de su vida, poniendo especial atención en la infancia y la adolescencia.
En esta misma línea, el pasado mes de mayo el Ministerio de Sanidad puso en marcha el servicio telefónico 024 “Llama a la vida”, destinado a dar atención a este tipo de conductas. Desde la Confederación solicitaron formar parte del Comité asesor de atención a la conducta suicida. Y, en estos momentos, a travé de su directora técnica, Ruth Vidriales, Autismo España trabaja con Sanidad en el impulso de medidas y avances que garanticen el cuidado y la atención al bienestar emocional de las personas con TEA y otros trastornos del neurodesarrollo.