En 2021, el Gobierno introdujo una nueva actuación para reforzar los hábitos saludables y controlar la obesidad entre la población española, con especial atención a los más pequeños. Para ello, subió el IVA de las bebidas azucaradas del 10% al 21%. Pasados casi dos años desde su implantación, conocemos que ha tenido un impacto recaudatorio de al menos 389 millones de euros. Sin embargo, poco se ha sabido de sus efectos sobre la salud o en el consumo.
Para tratar de dar respuesta a estas dudas, el Centro de Políticas Económicas de la institución académica privada ESADE ha elaborado el informe ‘Los efectos del aumento del IVA en el consumo de las bebidas azucaradas en España’, considerada por este organismo como “la primera evaluación metodológica” que se realiza en nuestro país sobre el impacto de esta nueva figura tributaria.
De media, el precio por litro de estas bebidas azucaradas incrementó en 12 céntimos tras la subida del IVA al tipo general
Desde un principio, los autores de este estudio reconocen que no han logrado obtener datos para medir los efectos directos que ha tenido sobre la salud de las personas. Ello, a pesar de que España es uno de los países de la OCDE que más porcentaje de su gasto sanitario total dedican a enfermedades relacionadas con la obesidad, con un 9,7%, superior a la media de los países de la Unión Europea que se sitúa en un 8,2%.
Realmente, ni las administraciones sanitarias conocen los efectos aún. ConSalud.es consultó tanto al Ministerio de Sanidad como al de Consumo pero no contaban con cifras actualizadas de incidencia de obesidad y sobrepeso en niños y adolescentes, siendo las últimas las derivadas del Estudio Aladino del año 2019.
En todo caso, el estudio de ESADE síha logrado responder a otras cuestiones como si el impuesto ha logrado trasladarse al precio final de los productos, si ha habido un efecto en los hábitos de compra de los hogares españoles, si ha habido diferencias en función del tipo de hogar o si ha habido efectos en el consumo de bienes complementarios que resultan “interesantes” desde un punto de vista nutricional.
MENOS CONSUMO EN HOGARES CON MENOS RENTA
Para responder a las preguntas anteriores, la investigación ha contrapuesto dos datos principales: los hábitos de compra reflejados en la Encuesta de Presupuestos Familiares de familias residentes en Canarias, Ceuta y Melilla (territorios no sujetos al IVA) en comparación con los del resto de España, donde sí aumentó la fiscalidad de bebidas azucaradas y edulcoradas. En total, se analizó información de 103.000 hogares a lo largo de cinco años.
En los hogares con menos recursos económicos, la caída del consumo fue del 13%, disminuyendo en 10,8 litros por hogar al año
Tras este análisis, el primer resultado obtenido fue que un 96% de casos, la subida del IVA de un tipo reducido del 10% al tipo general del 21% se trasladó al incremento del precio de estos productos. De media, el precio por litro de estas bebidas incrementó en 12 céntimos. Pero, ¿ha repercutido esta subida en el consumo de las familias? La respuesta es “sí”, aunque no en todos los hogares. Para ello, los autores del estudio desagregaron los datos en tres terciles, correspondiente con tres niveles de renta. Y fue esta distinción la más reveladora.
Fue en el tercer tercil, el relativo a los hogares más vulnerables, donde más se notó. En concreto, en el 33% de los hogares más pobres se registró una caída del consumo del 13% de estas bebidas refrescantes, llegando a disminuir en 10,8 litros por hogar al año. Mientras tanto, para el segundo y tercer tercil no se presenció un efecto estadísticamente significativo.
MAYOR EFECTO EN HOGARES CON HIJOS
Debido a que uno de los principales objetivos que se marcó el Gobierno con esta medida fue el de reducir la tasa de obesidad infantil, el estudio también ha estudiado el efecto en aquellos hogares españoles con hijos. Para ello, introdujeron la variable de si el impacto sería diferente en las familias conmenores de entre 5 y 16 años, confirmando que sí había diferencias.
En los hogares más pobres y con hijo, el descenso fue mucho mayor: del 20% en el consumo y de una media de 25 litros menos al año
De nuevo, estos contrastes aparecían en los hogares con un menor nivel económico, a diferencia del resto de viviendas y familias con más poder adquisitivo. En este caso, en los hogares más pobres y con hijos se produjo un descenso del 20% en el consumo y de una media de 25 litros menos al año. Por su parte, en las familias más vulnerables sin hijos, la caída fue de un 7% y de apenas 6,3 litros.
EFECTOS COMPLEMENTARIOS
Finalmente, el estudio analizó si el efecto de la subida del IVA en las bebidas azucaradas repercutiría sobre el consumo de otros “bienes complementarios” o alimentos. Y los resultados también fueron significativos desde el punto de vista de la salud. El ejemplo más evidente es que en las familias con menor poder adquisitivo también se redujo el gasto en snaks o patatas fritas en 5 euros por hogar y año. Menos revelador fue el descenso del gasto en productos de confitería o de chocolate.
Con estos datos, los autores subrayan la “notable” relevancia que tienen la aplicación de este tipo de políticas públicas sobre la población en términos generales y, de forma particular, sobre la salud de las personas. En este caso, y a falta de obtener más datos de las autoridades sanitarias, parece que tienen más efecto sobre los hogares con menos recursos.