La Sociedad Española de Neurocirugía Pediátrica ha celebrado en Alicante su reunión anual los días 20, 21 y 22 de febrero. En esta reunión se han presentado los últimos avances en el manejo y tratamiento de la patología neuroquirúrgica de la edad pediátrica.
Dentro de la sección dedicada a los tumores cerebrales infantiles, la Dra. Tejada ha presentado una comunicación titulada ‘Inmunoterapia para el manejo de los tumores cerebrales en la edad pediátrica’.
Los tumores cerebrales son inmunosupresores y se ha comprobado que en pacientes con tumores cerebrales los niveles de linfocitos T de sangre periférica están descendidos, a la vez que están aumentados los niveles de algunas citoquinas inmunosupresoras. Cuando se consigue extirpar el tumor en su mayor volumen, vuelve a recuperase el sistema inmune.
Por otro lado, algunos tratamientos que se emplean para manejo de la de presión intracraneal, como los esteroides, son altamente inmunosupresores.
Los tumores cerebrales infantiles son muy variados y su clasificación no es exactamente igual que en los adultos
Cuando se consigue realizar una extirpación tumoral completa, ya no existe presión elevada en el cerebro, por lo que el paciente no va a necesitar un tratamiento con corticoides a largo plazo, y tampoco quedan células tumorales que provoquen inmunosupresión, así el paciente vuelve a estar en una buena situación inmunológica para hacer frente a la enfermedad.
Los tumores cerebrales infantiles son muy variados y su clasificación no es exactamente igual que en los adultos, aunque a día de hoy aún existe grandes incógnitas sobre su clasificación. Es importante poder obtener durante la cirugía una buena muestra de los tumores para conseguir un diagnóstico preciso, ya que de él va a depender el tratamiento posterior.
Tras la cirugía algunos tumores necesitan tratamientos adyuvantes como radioterapia y quimioterapia, que se pueden combinar con tratamientos en ensayos clínicos si fuera necesario. Para ello es necesario un manejo multidisciplinar que empieza con un diagnóstico radiológico preciso, un adecuado tratamiento neuroquirúrgico, diagnóstico anatomopatológico y valoración por oncólogos pediátricos y radioterapeutas.