La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha puesto en marcha una campaña de sensibilización para prevenir la entrada de droga y de otras substancias prohibidas en prisión. Bajo el lema ‘Si pasas droga en prisión, tu próxima visita podría ser en el cementerio’, se pretende, por un lado, reducir el número de fallecidos en prisión por drogas y, por otro, el control de la misma dentro las instalaciones penitenciarias y la disminución de la demanda entre los internos.
La campaña ha sido creada y coordinada por las áreas de Seguridad, Sanidad y Tratamiento y pretende contar con la colaboración, no solo de los trabajadores de las prisiones, sino de otros agentes que participan con la Administración Penitenciaria en su labor reinsertadora y, por supuesto, de los familiares y amigos que comunican con internos e internas.
La subdirectora general de Coordinación de Sanidad Penitenciaria de Instituciones Penitenciarias, Carmen Martínez Aznar, explica a ConSalud.es cómo trabajan desde la Administración para frenar esta lacra en la prisiones españolas y la embergadura que tiene.
¿Qué les ha llevado a lanzar esta campaña?
Según el estudio 'Encuesta Estatal sobre Salud y Drogas en los Internados en Prisión' (ESDIP 2016) realizado por Instituciones Penitenciarias (II.PP.) en colaboración con el Plan Nacional de Drogas, el 76,6% de los internos que ingresan en prisión presentan historia de consumo de drogas, de los cuáles el 58,7% son policonsumidores.
En comparación con antes del ingreso, en prisión se puede reducirentre el 73 y 96% del consumo de las drogas más peligrosas como la heroína, cocaína y alcohol, al existir una disminución en la disponibilidad de droga, una mayor intervención sobre la oferta y programas de intervención en la demanda dirigidos a internos drogodependientes. En la actualidad más de 2000 internos participan en nuestros programas de tratamiento en más de 40 unidades terapéuticas repartidas por todo el país.
"Se producen situaciones de sobredosis con desenlace fatal derivadas del consumo de tóxicos, muchas veces procedentes del exterior"
A pesar de todo ello, se producen situaciones de sobredosis con desenlace fatal derivadas del consumo de tóxicos, muchas veces procedentes del exterior de los establecimientos penitenciarios. De ahí, la campaña de sensibilización e información que acabamos de poner en marcha, dirigida tanto hacia la población privada de libertad como hacia sus familias y entorno.
La entrada de drogas en prisiones supone un problema de salud. ¿De qué medios se dispone para su prevención? ¿Qué soluciones /hoja de ruta plantean desde Instituciones Penitenciarias en materia preventiva?
La hoja de ruta está marcada desde hace tiempo. La Administración Penitenciaria lleva muchos años trabajando en varios frentes: el control de la entrada de drogas en prisiones y el impedimento del tráfico en su interior constituyen medidas de intervención sobre la oferta.
En este sentido, nuestra Institución viene trabajando a través de dos mecanismos: en primer lugar, la colaboración con los Cuerpos de Seguridad del Estado (Guardia Civil, Policía Nacional y Policías Locales). En segundo lugar, Instituciones Penitenciarias ha puesto en funcionamiento de forma inicial seis Unidades Caninas que poco a poco se irán extendiendo a todos los centros de la Administración del Estado.
Se realiza, de igual modo, un seguimiento exhaustivo de las comunicaciones, de las salidas y permisos de los internos por parte de los profesionales del ámbito de la seguridad, con el fin de detectar e incautar toda la droga que se pretende introducir de forma ilícita en los establecimientos.
En materia preventiva, destaca también la información que reciban los internos, las familias y allegados en relación a concienciar sobre las consecuencias negativas que para la salud de los internos puede suponer la entrada de sustancias tóxicas.
Y por último, los programas de intervención, de educación para la salud y formación, que realizan profesionales de los centros penitenciarios en colaboración con las entidades colaboradoras del tercer sector. En la actualidad, el contenido de estas campañas se debe extender a evitar no sólo la introducción de drogas tradicionales sino también la de otras sustancias ilegales.
¿Cómo es el abordaje por parte del cuerpo facultativo y del de seguridad?
El abordaje de la drogodependencia debe ser y es multidimensional y multidisciplinar. Por ello, en Instituciones Penitenciarias se realiza de forma coordinada entre las áreas de Tratamiento, Sanidad y Seguridad, debiendo acometerse de manera global para lograr los mejores resultados posibles.
En el último año, se han realizado 3 seminarios específicos para el personal sanitario (médicos, enfermeros y farmacéuticos) en materia de Prevención deRASUPSI (Reacciones Agudas a Sustancias Psicoactivas), así como 2 jornadas multidisciplinares para profesionales de seguridad, sanidad y tratamiento con el fin de analizar y valorar la situación para la prevención del consumo y de la mortalidad por sustancias tóxicas.
Se han realizado también diferentes jornadas en las que han participado profesionales penitenciarios, profesionales de las Consejerías de Salud de diferentes comunidades autónomas (CC.AA), del ámbito de la Justicia y del tercer sector que intervienen en materia de drogodependencias y salud mental.
Ha habido varias muertes recientemente por sobredosis en varios centros penitenciarios. Se trata de una situación paradójicamente bastante habitual según informaciones de organizaciones de prisiones y así también lo acreditan informes del Defensor del Pueblo. ¿Qué horizonte tienen respecto a este problema? ¿Se debe a la falta de personal?
Cada sobredosis es un drama y estamos trabajando para que no se registre ninguna, pero no podemos afirmar que sea una situación habitual. De hecho, lo que ocurre en prisión no es sino el reflejo de lo que ocurre en la sociedad.
En la población general y a nivel internacional en otros países, se está produciendo un repunte del consumo de tóxicos, especialmente de opiáceos. Cada uno de los fallecimientos que se registra por consumo de sustancias tóxicas tanto dentro como fuera de prisión, suponen un problema humano de enorme dimensión y, como tal, debe ser abordado.
"Lo que ocurre en prisión no es sino el reflejo de lo que ocurre en la sociedad"
Pero en términos de salud pública, debe indicarse que la Secretaría General de II.PP. registra las tasas más bajas de mortalidad del Consejo de Europa. Frente a la media europea de los 31 fallecidos en prisión por cada 10.000 internos, el dato español de 2017 fue de 19 muertos por cada 10.000.
Por encima de España se situaron la mayoría de países del entorno: Portugal (51 por cada 10.000), Inglaterra (35 fallecidos por cada 10.000) y Francia e Italia (22 por cada 10.000),como consta en el informe SPACE 2018 (Statistiques Pénales Annuelles du Conseil de l’Europe).
"La falta de personal no supone siempre una mayor incidencia en el número de fallecimientos"
Estos datos e indicadores de mortalidad se siguen de forma continua en la Secretaría General. Como resultado de esta monitorización, se ha observado un cambio de tendencia en el año 2018, lo que ha llevado a un esfuerzo ímprobo de todas las áreas. Esto ha logrado que en el caso de los fallecimientos por drogodependencia se frene dicha tendencia en lo que llevamos del año 2019. .
La falta de personal no supone siempre una mayor incidencia en el número de fallecimientos. En centros penitenciarios en los que el número de profesionales sanitarios es adecuado, también se producen defunciones.
Debe hacerse notar que, a fecha de hoy, las causas de fallecimientos en prisión durante el año 2019 son provisionales en espera de los informes de autopsia y resultados toxicológicos