En el mundo, el abordaje de la diabetes es completamente desigual. Mientras que en algunos países el acceso de los pacientes a la insulina es prácticamente una odisea, en otros, este tratamiento descubierto hace un siglo es accesible, con una atención integral y calidad. España se encuentra por encima de la media en cuanto al acceso de esta terapia, salvavidas de las personas con diabetes. Sin embargo, dentro de su territorio, existe un importante desequilibrio entre los pacientes y las regiones.
Esta inequidad se refleja especialmente en el sistema de monitorización flash, un dispositivo que consta de un lector y un sensor y permite medir los niveles de glucosa sin necesidad de realizarse punciones en los dedos. “Antes te pinchabas unas seis o siete veces al día: cuando te levantabas, cuando desayunabas, después de desayunar, antes de comer y después, antes de cenar y tras la cena, en la cama y a medianoche. Ahora esto se reduce muchísimo”, indica a Consalud.esMercedes Maderuelo, gerente de la Federación Española de Diabetes (FEDE).
Ver los dedos de los niños, adolescentes y adultos con diabetes es ver yemas llenas de pequeñas heridas, que dependiendo del tamaño de la aguja o su dureza pueden doler bastante. Y, a siete pinchazos diarios mínimo, llegan momentos en los que los pacientes no tienen suficientes dedos. A los niños les duele coger el lápiz o el bolígrafo para poder escribir en el colegio, a los adultos teclear frente al ordenador… Con el sensor los pinchazos desaparecen y la calidad de los pacientes mejora considerablemente.
A principios de abril, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) autorizó ampliar la cobertura del dispositivo con sensor a pacientes con diabetes tipo 2
Un sistema que permite contar con información más completa y continua del nivel de glucosa en sangre. Consiste en un implante del tamaño de una moneda de dos euros que se coloca en la parte posterior del brazo, este recoge las mediciones que se pueden leer en una aplicación acercando simplemente el teléfono móvil al brazo.
El Sistema Nacional de Salud (SNS) incluyó en su cartera de servicios el sistema de monitorización primero en niños de 4 a 17 años con diabetes mellitus tipo 1 el 28 de agosto de 2018, y luego en adultos con también tipo 1 el 26 de abril de 2019. En 2020 ampliaba su uso por parte de los endocrinólogos y pediatras como alternativa a las tiras reactivas de glucemia en los pacientes insulinodependientes que no tienen diagnóstico de diabetes mellitus tipo 1 ni tipo 2, es decir, personas con fibrosis quística, hemocromatosis o diabetes monogénicas con tratamiento de dosis diarias o bombas de insulina.
En todas estas especificaciones no se incluyen a los pacientes de diabetes tipo 2, que según datos del CIBERDEM, son unos 4,5 millones de españoles. Así, durante los últimos dos años, los pacientes con tratamiento de insulina han tenido que continuar pinchándose los dedos antes y después de las comidas y en las horas de ayuno, algo que las asociaciones no comprendían. “Tanto tipo 1 como tipo 2 tienen tratamiento con insulina, no entendíamos porque no se aprobó al mismo tiempo la utilización del sistema de monitorización”, denuncia Maderuelo.
COMUNIDADES COMO MURCIA O ANDALUCÍA SE ADELANTAN
A principios de abril, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) autorizó ampliar la cobertura del dispositivo con sensor a pacientes con diabetes tipo 2. Y aunque previsiblemente esto acaba con la desigualdad entre las dos formas de diabetes en el territorio español, la realidad ahora mismo es distinta.
En noviembre de 2021, el Servicio de Salud del País Vasco se convirtió en el primero en ampliar el sistema flash a la diabetes tipo 2 con terapia intensiva de insulina
Y es que, aunque se ha decidido ahora dar cobertura a nivel nacional, ya había comunidades autónomas que se habían adelantado a esta decisión. En noviembre de 2021, el Servicio de Salud del País Vasco se convirtió en el primero en ampliar el sistema flash a la diabetes tipo 2 con terapia intensiva de insulina, tal y como anunció en su momento la consejera Gotzone Sagardui.
Meses después, en enero de este año, Murcia anunciaba también la financiación del sensor para los casi de 2.000 murcianos con diabetes tipo 2 con insulina rápida, y en marzo le seguía la Junta de Andalucía, con una implantación progresiva durante 2022 para los casi 30.000 pacientes con este tipo de diabetes que hay en la región.
Durante los últimos años, el acceso al dispositivo ha sido restringido a estos pacientes. Y en los últimos meses una persona con diabetes que viviera en una región debía realizarse punciones en los dedos para conocer la glucosa en sangre, mientras otra que viviera en otra comunidad contaban con el sensor. Ahora esta desigualdad que se remonta a 2018 parece que poco a poco irá desapareciendo, y que los pacientes tipo 2 podrán contar con las terapias con las que contaban el tipo 1.
Sin embargo, todavía queda mucho camino que recorrer en el abordaje de estos pacientes. “Durante años se ha producido un abandono del tipo 2. No han contado con la formación en nutrición y deporte que sí han tenido los tipo 1, y tampoco tienen sistemas de monitorización. Aunque ahora haya anunciado el Ministerio el sensor, hasta que no lo veamos no nos fiamos”, concluye Mercedes Maderuelo.