El pasado mes de julio, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), perteneciente a la OMS, emitió una alerta epidemiológica sobre un aumento de casos reportados de un virus emergente: el Oropouche. El brote de casos ha llegado hasta el punto de que se han registrado tres nuevos casos en España en viajeros que volvían de Cuba, según revelaba recientemente el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). Pese a que se trata de un virus que los ciudadanos de países como Brasil tienen muy presente en su día a día, es desconocido para la gran mayoría de la población mundial y aún se están investigando aspectos como la transmisión de mujeres embarazadas a fetos por lo que, ¿qué es lo que se sabe hasta ahora?
El Oropouche es unaenfermedad zoonótica transmitida por vectores, que se propaga principalmente entre las personas a través de la picadura del insecto conocido comúnmente como jején (Culicoides paraensis), pero el mosquito Culex quinquefasciatus también puede estar involucrado en la transmisión. De acuerdo con la OPS, el Oropouche es un arbovirus perteneciente a la familia Peribunyaviridae, que fue detectado por primera vez en 1955 cerca del río Oropouche en Trinidad, seguido de varios brotes en Brasil hacia fines del siglo pasado. Se considera que los portadores naturales del OROV son las aves y los mamíferos como primates y perezosos.
Aunque la mayoría de los procesos clínicos de este virus son autolimitados y no son graves, se han descrito casos de meningoencefalitis e incluso de muerte. Hasta el mes pasado no había registros de muertes por esta enfermedad en la literatura científica, pero el 25 de julio de 2024 las autoridades brasileñas reportaron dos muertes atribuidas al Oropouche. Sin embargo, no se trata del último descubrimiento, pues el pasado mes también se reportaron casos de transmisión de mujeres embarazadas a sus hijos. Pese a ello, por el momento Brasil es el único país que ha reportado posibles casos de transmisión materno-fetal de Oropouche durante el embarazo.
El virus Oropouche presenta un periodo de incubación de cuatro a ocho días (rango entre 3 y 12 días), y se caracteriza por presentar un tipo de fiebre muy similar al dengue
El virus Oropouche presenta un periodo de incubación de cuatro a ocho días (rango entre 3 y 12 días), y se caracteriza por presentar un tipo de fiebre muy similar al dengue. En los casos menos graves, los pacientes experimentan síntomas como la aparición repentina de fiebre, dolor de cabeza, rigidez en las articulaciones, dolores y molestias y, en algunos casos, fotofobia, diplopía (visión doble), náuseas y vómitos persistentes. Estos síntomas pueden durar de cinco a siete días, y la recuperación completa puede tardar varias semanas. En caso de sospecha de tener síntomas de Oropouche, es importante consultar a un profesional de la salud para obtener asesoramiento, pruebas y atención médica, ya que la evaluación por parte de un profesional de la salud es clave para el adecuado manejo de los síntomas y la evolución de la enfermedad.
No obstante, el riesgo de infección para los ciudadanos de la UE/EEE que viajan a las Américas es bajo, siempre y cuando se sigan las instrucciones de las autoridades de salud pública sobre el uso de medidas de protección personal contra las picaduras de mosquitos. Si se importa un caso, la probabilidad de observar transmisión secundaria dentro de Europa continental se considera muy baja, pues los vectores competentes comúnmente descritos en las Américas están ausentes en Europa continental. Pese a todo, es importante no bajar la guardia, según indica el Ministerio de Sanidad español, pues no hay evidencia de que las especies europeas de mosquitos no puedan transmitir el virus.
Dado que el Oropouche presenta manifestaciones clínicas similares en personas infectadas al dengue y otros arbovirus, es importante que los profesionales de la salud consideren diagnósticos diferenciales y traten a los pacientes en consecuencia. Sin embargo, actualmente no existe una prueba rápida, por lo que el virus se confirma mediante pruebas de laboratorio. A su vez, ahora mismo tampoco existe un tratamiento o vacuna específica para el virus, por lo que el tratamiento es sintomático y puede incluir medicamentos para reducir la fiebre y el dolor, además del reposo y la hidratación.
La enfermedad, aunque se detecta por primera vez en 1955, ha cogido fama este año 2024, a raíz del incremento de casos: se han reportado más de 7.700 casos de OROV en cinco países de las Américas: Brasil (6.976 casos hasta mediados de 2024), Bolivia, Perú, Cuba y Colombia. Es importante destacar que Brasil concentra brotes de cientos de casos, mientras que en otras regiones, como Perú, son brotes mucho más limitados. Actualmente se acepta que su distribución abarca principalmente el norte de Sudamérica, considerándose endémico en el noroeste de Brasil.
¿QUÉ HACER SI SE VA A VIAJAR A ESTAS ZONAS?
El Ministerio de Sanidad ha compartido una serie de recomendaciones para aquellos viajeros que van a visitar lugares con transmisión del virus Oropouche. En primer lugar, es fundamental tomar medidas para prevenir la picadura de los mosquitos, las cuales deben reforzarse especialmente en los casos de mujeres embarazadas o aquellas que planean concebir, y personas con enfermedades del sistema inmune o crónicas. Estos son los grupos de mayor riesgo.
Es fundamental tomar medidas para prevenir la picadura de los mosquitos, las cuales deben reforzarse especialmente en los casos de mujeres embarazadas
Así, es imprescindible aplicar, durante todo el día, medidas de protección individual, como repelentes con DEET (Dietiltoluamida), picaridin, Citriodiol o IR3535, que eviten las picaduras de mosquitos. Dichas medidas deben reforzarse a media mañana y por la tarde hasta el anochecer, pues son los períodos de mayor actividad de los insectos. Para las personas de mayor riesgo de picadura, como son los trabajadores forestales o agrícolas, se recomienda, adicionalmente, el uso de prendas que cubran las partes expuestas del cuerpo. El color de la ropa debe ser preferiblemente claro, evitando en la medida de lo posible los colores llamativos como el amarillo o los perfumes intensos.
Para proteger a los menores de dos meses es importante emplear siempre barreras físicas como mosquiteras para cubrir cunas y carritos de bebés, y evitar los repelentes. En mayores de dos meses, priorizar también las barreras físicas y en caso de usar repelentes, se aconseja especialmente consultar las recomendaciones del fabricante. Las mencionadas mosquiteras de malla fina pueden usarse también en puertas y ventanas, tanto impregnados en insecticidas como sin ningún producto. Esto se vuelve esencial si el alojamiento no está adecuadamente climatizado.