Un estudio liderado por la Universidad Pompeu Fabra (UPF) revela que el contexto social en el que se encuentran los pacientes de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) modula los mecanismos neuronales que subyacen a la enfermedad, y, según concluye, en situaciones de superioridad social, ciertas alteraciones neurológicas del trastorno se suavizan.
“El control de los errores propios y los procesos de control cognitivo y motor se encuentran alterados en las personas que sufren TOC”, afirma Núria Sebastián, coordinadora del estudio y directora del grupo de investigación en Adquisición y Percepción del Habla (SAP) de la UPF. “Además, los pacientes de TOC presentan dificultades para interactuar con otras personas y generalmente muestran indicios de ansiedad relacionados con las evaluaciones sociales”. Estas alteraciones son responsables de los síntomas característicos del TOC: los pensamientos obsesivos, la preocupación por los errores, las altas expectativas de las evaluaciones de otras personas y los comportamientos repetitivos.
Generalmente, los pacientes de TOC presentan una actividad cerebral diferente a la de las personas sanas. Mediante técnicas de electroencefalografía, el equipo científico ha monitorizado la actividad cerebral de personas con y sin TOC en distintos contextos sociales, siempre regidos por una jerarquía. Los resultados muestran que, cuando adoptan un rol de dominancia, las personas que padecen TOC muestran una actividad cerebral equivalente a la de las personas sanas.
“Los escenarios sociales afectan a diversos procesos mentales y pueden mejorar o empeorar nuestro rendimiento a la hora de desarrollar distintas tareas”, comenta Hernando Santamaría, autor principal del trabajo. “Los resultados que hemos obtenido demuestran que los pacientes de TOC son particularmente sensibles al contexto social, tal vez debido a una mayor carga emocional relacionada con el escenario jerárquico”.
El estudio, que ha sido publicado en la revista Social Neuroscience, contribuye de forma significativa a la comprensión de la relación entre el entorno social y los procesos cognitivos propios del TOC, y abren la puerta a investigaciones sobre nuevas opciones terapéuticas basadas en la simulación de este tipo de escenarios sociales.