Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Ovario, desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) se hace un llamamiento a la sociedad para saber reconocer aquellos síntomas que pueden ser indicativos de este tipo de tumor, que afecta cada vez a más mujeres y del que se estima que en 2024 se diagnosticarán unos 3.700 nuevos casos en toda España –según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica–. Globalmente representa aproximadamente el 3% de los tumores en la mujer y es la sexta causa de muerte por cáncer en la población femenina en España tras el cáncer de mama, pulmón, colon y páncreas, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.
Representa el 3% de los tumores en la mujer y es la sexta causa de muerte
En etapas iniciales, el cáncer de ovario suele cursar sin síntomas o con síntomas muy leves que pasan desapercibidos y se confunden con procesos benignos. Es por ello por lo que este tumor es tan difícil de diagnosticar precozmente. De hecho, la mayoría de las pacientes (70-80%) se diagnostican en una etapa avanzada de la enfermedad, de forma más habitual en mujeres postmenopáusicas, con la máxima incidencia entre los 50 y 75 años. Además de la edad, entre otros factores de riesgo se encuentran los antecedentes familiares de cáncer de mama, ovario, colon o endometrio; antecedentes personales de cáncer de mama, mutación en los genes BRCA1 o BRCA2, o ausencia de embarazos, además de los factores de riesgo a nivel general del cáncer, como el consumo de alcohol y tabaco, o los vinculados a un estilo de vida poco saludable (obesidad, sedentarismo).
Ante esta realidad, desde la SEGO se recomienda acudir cuanto antes al ginecólogo si se presentan estos síntomas, especialmente de forma persistente: distensión abdominal progresiva;dolor o molestias pélvicas y/o abdominales que persisten y no tienen una explicación lógica; sensación repetida de plenitud con la comida, incluso con pequeñas cantidades de alimento; pérdida de peso o dificultad para comer; molestias al orinar y/o hacer deposición que persisten y no se explican por otras causas; y sangrado vaginal inapropiado.
La tasa de supervivencia neta en este tipo de tumores ha ido creciendo en los últimos años y se sitúa en el 41%
En general, se suele acumular líquido en el abdomen causando lo que se denomina ascitis, que puede ser muy importante, y causar distensión de la cavidad abdominal. También se puede acumular líquido en la pleura en torno a los pulmones y producir dificultad para respirar o sensación de falta de aire. Por otra parte, el crecimiento de una masa ovárica en la pelvis puede afectar a las estructuras vecinas, principalmente la vejiga y el recto causando síntomas como diuresis frecuentes, diarrea o estreñimiento, y dolor abdominal o pélvico.
Pese a la dificultad de contar actualmente con una técnica o método para la detección precoz del cáncer de ovario y su identificación en estadios iniciales -de ahí que se insista a aquellas mujeres que presenten la sintomatología descrita que acudan a su ginecólogo cuando aprecien algún posible síntoma de la enfermedad- es relevante el hecho de que sí se han producido notables avances en el tratamiento de este tumor, tanto en el uso de nuevas técnicas de cirugía menos invasivas y más precisas, como en la identificación y aplicación de nuevas dianas terapéuticas y terapias personalizadas para las pacientes. Así, la tasa de supervivencia neta en este tipo de tumores ha ido creciendo en los últimos años, y ya se sitúa en el 41%, siendo mayor en las mujeres menores de 74 años, según los datos de la Red Española de Registros del Cáncer (REDECAN).