Todos hemos oído hablar en múltiples ocasiones de la angustia psicológica y muchos la han padecido sin ser conscientes ello. Hablamos de un conjunto de síntomas inespecíficos de ansiedad, depresión, estrés y problemas somáticos que no revisten la suficiente gravedad como para ser diagnosticados como una enfermedad psiquiátrica. En los últimos años, gracias a la visibilidad que ha ganado la salud mental, ha aumentado al evidencia científica que relaciona la angustia psicológica con un mayor riesgo de sufrir demencia, síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad de realizar actividades de la vida cotidiana. Una consecuencia asociada al envejecimiento y que se erige como una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores a nivel global.
Con el objetivo de profundizar en si existe o no relación entre la angustia psicológica y un mayor riesgo de demencia, ponemos el foco en los hallazgos de una investigación cuyos resultados han sido publicados en la revista JAMA Network. Se trata de un estudio de cohorte de 67.688 individuos a los que se les ha realizado un seguimiento medio de 25 años. Se ha basado en una serie de encuestas transversales recopiladas entre 1972 y 2007 en Finlandia a través del Estudio Nacional FINRISK. La cohorte se vinculó con los datos de Salud de Finlandia de diciembre de 2017 y el análisis de los datos se realizó entre mayo de 2019 y abril de 2022.
Del total de participantes el 51,7% eran mujeres con una edad media de 45,4 años. En total, 7.935 recibieron un diagnóstico de demencia durante el seguimiento promedio de 24 años. Los autores del estudio explican que la angustia psicológica se asoció significativamente con la demencia por cualquier causa con especial incidencia ante síntomas como el estrés, estado de ánimo depresivo, nerviosismo o agotamiento.
"Sugerimos que los síntomas de angustia psicológica son factores de riesgo etiológicos para la demencia, pero solo aumentan débilmente la incidencia en presencia de un riesgo competitivo de muerte"
El estudio indica que, en general, el aumento en el riesgo de desarrollar demencia asociado con síntomas de angustia psicológica en esta investigación fue de alrededor de un 20%. Si se separan los síntomas vemos que el estrés se asoció con un mayor riesgo de demencia, como ya se había identificado en estudios previos. Varios trabajos previos han mostrado que los síntomas depresivos en la vejez y no en la edad media, aumentan el riesgo de demencia, lo que sugiere que la depresión es una característica prodrómica (guarda relación) y no un factor de riesgo causal de demencia.
Cabe destacar que las asociaciones de estado de ánimo depresivo y agotamiento con la demencia solo se detectaron de forma significativa en hombres. Los autores argumentan que esto podría deberse a que los entre los hombres que informan de síntomas depresivos a frecuencia con la que estos pueden ser más grave es mayor que en las mujeres. Esto explicaría la razón por la que se relacionan de forma más estrecha con el riesgo de desarrollar demencia.
“Los hallazgos de este gran estudio de cohorte finlandés basado en registros de hasta 45 años sugieren que es probable que el riesgo competitivo de muerte, la causalidad inversa y el sesgo de determinación afecten la estimación de la asociación de la salud mental con el riesgo de demencia”, expresan los responsables del estudio. “Después de reconsiderar estos fenómenos, sugerimos que los síntomas de angustia psicológica son factores de riesgo etiológicos para la demencia, pero solo aumentan débilmente la incidencia en presencia de un riesgo competitivo de muerte”, concluyen.