El Consejo de Ministros aprobó, hace unos pocos días, el anteproyecto de Ley del aborto, texto que supone una modificación de la normativa y que introduce cambios legales relevantes para el propio proceso de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) así como en cuestiones relacionadas con la salud sexual y reproductiva de las mujeres o con aspectos laborales.
Desde entonces, se ha hablado mucho del impacto que pueden tener esta nueva norma en la sociedad, pero ¿cómo puede afectar el aborto voluntario a la salud mental de la mujer? Para responder a esta pregunta, un ginecólogo y una psiquiatra nos ayudan a resolver las dudas.
Hay que tener en cuenta que la interrupción voluntaria del embarazo es una cosa trascendente en la vida de la persona, en la que hay que tomar una decisión, en algunos casos con ambivalencia, que como comenta una psiquiatra de la Sociedad Española de Neuropsiquiatría (AEN) puede provocar una situación de "conflicto y crisis".
"Sea por el motivo que sea, en todos los casos surgen sentimientos de culpabilidad lo que los pensamientos pueden aturdir a la salud mental de la mujer y se relacionan con el Síndrome Post-Aborto"
Asimismo, un ginecólogo y obstetra de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) cree que “ningún aborto es voluntario" y prefiere llamarlo interrupción legal de embarazo, al consderar que este acto tiene una clara afectación en la salud mental.
Ambos profesionales, mencionaron en seguida del Síndrome Post - Aborto, que se definiría como una serie de síntomas psicológicos posteriores a la interrupción del embarazo.
Este síndrome es en sí mismo controvertido y tan discutido por los profesionales como complejo, que encuentra defensores y detractores en igual medida. La falta de estudios epidemiológicos de este síndrome podría deberse, según apuntan los expertos, a intereses ideológicos. Esta falta de estudios que aporten una confirmación diagnóstica, de momento, no permite la incorporación del denominado 'síndrome Post-aborto a las clasificaciones internacionales de los trastornos mentales.
Es cierto, que no todas las mujeres que abortan van a experimentarlo, ni todas las que lo padecen sufren los mismos síntomas, pero si todas las mujeres “pasan por una tempestad emocional enorme”, asegura el ginecólogo de la SEGO.
Los síntomas del Síndrome Post-Aborto son: depresión, ansiedad, sentimiento de culpa, pesadillas, rechazo a situaciones que recuerden al aborto y alteraciones conductuales relacionadas con emociones provocadas por el aborto
Cada situación es particular y gravitan una serie de factores como la edad de la madre, el estado civil, si la decisión la toma la mujer sola o es inducida por terceros, si tienen vínculos afectivos que le apoyen en esta situación, la existencia o no de otros hijos y el estado psicológico previo al embarazo entre otros. “Un riesgo psicológico del aborto voluntario es el tener que tomar una decisión sin tener que contarla o tener unos valores que se contraiga con la necesidad de seguir viviendo. Este riesgo consiste en dejarte manipular por otros o hacer las cosas que no quieres hacer", alega la psicóloga de la AEN.
Teniendo en cuenta esto, hay algunos factores que implican un riesgo para sufrir el síndrome: ser adolescente, practicar el aborto en el segundo o tercer trimestre de la gestación, presentar antecedentes de enfermedades o alteraciones psicológicas previas, haber sido presionada o inducida a abortar por terceras personas, que el aborto vaya en contra de las creencias religiosas o convicciones morales y que se practique un aborto con la expectativa de mantener el equilibrio de la salud mental de la madre.
Por otro lado, este síndrome se encuadra como un trastorno posterior a un acontecimiento vital importante que genera estrés y los síntomas presentes cumplen los criterios diagnósticos del Trastorno de Estrés Post Traumático (TEPT). Algunos de los síntomas son:
- Síntomas depresivos
- Síntomas ansiosos
- Síntomas de culpa
- Pesadillas recurrentes
- Evitación o rechazo de estímulos o situaciones que recuerden el aborto
- Alteraciones conductuales relacionadas con emociones provocadas por el aborto
¿QUÉ OPINAN LOS EXPERTOS DE ESTE SÍNDROME?
El ginecólogo cuenta que hay una serie de manifestaciones en mujeres que realizan esta práctica que sí suelen ser más o menos comunes: “Por un lado, estaría la afectación de la mujer relacionado con el proceso de la pérdida en sí. Es decir, con el proceso de la interrupción del embarazo y por otro lado está la sensación de la pérdida con la que se queda la mujer”. Comenta que cuando en ambos casos se producen una serie de emociones que se pueden canalizar bien o a veces cuesta bastante trabajo. Sea por el motivo que sea, en todos los casos surgen sentimientos de culpabilidad lo que los pensamientos pueden aturdir a la salud mental de la mujer y se relacionan con el Síndrome Post-Aborto”.
Muy diferente es la opinión de la psicóloga, que defiende que el Síndrome Post- Aborto está siendo “muy manipulado y no hay una evidencia científica de que sea real, por lo que yo creo que no existe ”, aunque considera que “después de esto, a la hora de retomar el día a día de la vida, probablemente queda una secuela”.
"Va a condicionar mucho la interacción que tengan con los profesionales y como se vaya elaborando este proceso y desde luego es importante el hecho de que profesionales de la psicología puedan asesorar a las mujeres"
De esta misma forma, la psicóloga considera que aquellas mujeres que realicen una interrupción voluntaria del embarazo, no necesitan ayuda psicológica, porque "hay que despatologizar esta situación. Es una decisión tomada voluntariamente después de haberlo meditado".
Por el contrario, el ginecólogo está de acuerdo en que estas mujeres deben recibir ayuda de profesionales específicos durante todo el proceso, porque "va a condicionar mucho la interacción que tengan con los profesionales y como se vaya elaborando este proceso y desde luego es importante el hecho de que profesionales de la psicología puedan asesorar a las mujeres en el proceso del duelo, puede ser patológico en un momento dado".
Sin duda, nos encontramos en ante un paradigma médico en el que la interrupción voluntaria del embarazo sigue siendo motivo de controversia debido a las implicaciones éticas, médicas, jurídicas y demográficas que supone una gran importancia a la hora de decir si interrumpir o no el embarazo, influyendo en la salud mental de la mujer.