El Síndrome de Ekbom, también conocido como trastorno delirante de parasitosis, es una condición psiquiátrica que se caracteriza por la persistencia de ideas delirantes relacionadas con la infestación de parásitos en la piel del paciente.
La persona que sufre esta enfermedad piensa que está infectado por insectos u organismos vivientes que recorren el cuerpo, sin existir evidencia de ello. Las molestias de los pacientes se centran en la idea de la parasitación, aunque está estrechamente relacionada con los trastornos mentales y psicóticos. Ellos mismos tratan de eliminar los parásitos de su piel, normalmente sana, causando autolesiones.
A pesar de la inexistencia de evidencia que confirmen la presencia de parásitos, este trastorno afecta a la piel sana y puede manifestarse de varias formas. No obstante, la forma más común es el Ekbom secundario, que es resultado de otros trastornos psiquiátricos subyacentes.
Está relacionado con la esquizofrenia, el trastorno bipolar y el abuso de sustancias
Aunque su etiología es ambigua, se ha sugerido que su origen puede estar en una combinación de factores psicológicos y físicos. Otros trastornos psíquicos subyacentes con los que se relaciona son la esquizofrenia o el trastorno bipolar. De igual manera, el abuso de sustancias como el alcohol o las drogas y las experiencias traumáticas pueden ser otros desencadenantes.
Asimismo, determinantes afecciones cutáneas o el propio envejecimiento son otros factores que se han observado como detonantes en algunos casos.
Las evidencias físicas inmediatas son las heridas, cicatrices y marcas en la piel debido al rascado intenso y repetido intento de eliminar los parásitos, causando lesiones en piel sana y sin signos previos de infestación parasitaria. Sin embargo, los afectados están convencidos de lo contrario y afirman sufrir prurito, picor constante que provoca el impulso de rascarse.
Existe una variante de este trastorno, la parasitosis oral. Una variante que puede resultar difícil de manejar puesto que el paciente cree que la comida o bebida que ingiere puede estar infestada con parásitos.
TERAPIA COGNITVO-CONDUCTUAL Y MEDICACIÓN ANTIPSICÓTICA
Cabe recordar que el Síndrome de Ekbom es una condición mental y no dermatológica. Por tanto, es crucial entender que el tratamiento debe centrarse en ayudar a la persona a convivir con su enfermedad y encontrar alivio en sus síntomas.
El tratamiento estándar es una combinación de terapia cognitivo-conductual y medicación. La terapia contribuye a lidiar con los pensamientos delirantes y reducir el comportamiento de rascado. Mientras que, los medicamentos antipsicóticos como la pimozida y la olanzapina pueden reducir los propios delirios.
En la mayoría de los casos es un efecto secundario de otra enfermedad mental, por eso conviene buscar ayuda y tratar la enfermedad que causa el trastorno subyacente. De esta manera, al tratar la enfermedad mental principal, se puede reducir la angustia que el Síndrome de Ekbom causa y, por tanto, su conducta compulsiva de autolesión.
Por otro lado, el cuidado de la piel es importante para evitar infecciones causadas por las autolesiones. Ante ello, es recomendable centrar los esfuerzos en mantener la piel hidratada y limpia, así como evitar rascarla o frotarla en exceso.