El Hospital público 12 de Octubre de la Comunidad de Madrid lidera un estudio en el que participan 19 centros y 400 pacientes que prueba que el seguimiento en remoto de pacientes con insuficiencia cardiaca reduce la necesidad tanto de hospitalización como de atención ambulatoria imprevista en un 50 %. Se trata de un trabajo que demuestra por primera vez que el seguimiento protocolizado del algoritmo multiparamétrico HeartLogic, del que disponen algunos desfibriladores automáticos implantables (DAI), mejora el pronóstico del paciente.
Además, el estudio ha comprobado que en el 80 % de los casos se podía tratar a los pacientes de manera telemática evitándoles acudir al centro hospitalario. El Dr. Javier de Juan Bagudá, responsable del Programa Transversal de Insuficiencia Cardiaca del Hospital 12 de Octubre, investigador del CIBERCV y primer autor de este trabajo explica la necesidad de llevar a la práctica clínica estas herramientas protocolizadas: “Nos interesa tener monitorizado continuamente al paciente para poder ver a partir signos tempranos si se desestabiliza la enfermedad con el fin de evitar que vaya a mayores y haya que hospitalizar”.
El protocolo de seguimiento remoto consiste en una revisión a distancia por semana. Si el paciente entra en fase de alerta de HeartLogic y persiste más de una semana, se contacta con él por teléfono y se verifica si hay síntomas de agravamiento de la insuficiencia cardiaca.
El estudio ha comprobado que en el 80 % de los casos se podía tratar a los pacientes de manera telemática evitándoles acudir al centro hospitalario
Si no se encuentran signos de deterioro del estado clínico, se proporciona a los pacientes educación sanitaria y recomendaciones sobre el estilo de vida y se programa una nueva evaluación a distancia. Si se encuentran síntomas de insuficiencia cardiaca, la enfermera avisa al cardiólogo responsable y se toman las medidas necesarias para evaluar el estado de descompensación del paciente.
El DAI con el algoritmo de HeartLogic tiene sensores que miden parámetros biológicos que detectan las descompensaciones que puede sufrir el paciente coninsuficiencia cardiaca. Esta tecnología se introdujo en España en 2018 y su utilidad fue validada en 2022. En este estudio se ha probado su uso en la práctica clínica a partir de un protocolo de seguimiento estandarizado, aplicado por el personal de Enfermería y basado en la gestión a distancia de las alertas HeartLogic, sobre los resultados clínicos en los pacientes portadores de este tipo de desfibriladores.