El seguimiento personalizado podría ser clave para la supervivencia en cáncer de pulmón resecado

Esta es una de las conclusiones del estudio multicéntrico desarrollado por el GEVATS que analiza el efecto del seguimiento en estos pacientes

Seguimiento de un paciente de cáncer de pulmón. (Foto: Freepik)
Seguimiento de un paciente de cáncer de pulmón. (Foto: Freepik)
CS
8 octubre 2024 | 12:40 h
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La personalización del seguimiento oncológico en pacientes con cáncer de pulmón resecado podría ser clave para mejorar la supervivencia. Esta es la conclusión a la que llega el Grupo Español de Cirugía Torácica Videoasistida (GEVATS) en el que trabajan los doctores Álvaro Fuentes Martín y Ángel Cilleruelo, miembros del grupo de trabajo de la Sociedad Española de Cirugía Torácica (SECT).

Estos resultados, publicados en Journal of Thoracic Disease (JTC), sugieren que el seguimiento de alta frecuencia podría mejorar los resultados de supervivencia en determinados pacientes de cáncer de pulmón. Sin embargo, de este seguimiento tan intensivo no se benefician la mayoría de los pacientes.

Para solucionar este desajuste, la investigación apunta a realizar más pruebas radiológicas en otros perfiles de pacientes, mientras que se reducen en algunos de los pacientes de cáncer de pulmón resecado. Este cambio no solo mejoraría la utilidad en la práctica clínica, sino también el impacto en la optimización de recursos económicos del Sistema Nacional de Salud (SNS).

"Esto sugiere que podríamos reducir la frecuencia de las tomografías computarizadas realizadas durante los primeros años sin comprometer los resultados oncológicos en estos pacientes"

"Nuestros hallazgos indican que la mayoría de los pacientes no obtienen beneficios significativos de un seguimiento radiológico tan intensivo. Esto sugiere que podríamos reducir la frecuencia de las tomografías computarizadas realizadas durante los primeros años sin comprometer los resultados oncológicos en estos pacientes", explica el cirujano torácico Álvaro Fuentes Martín, primer firmante del trabajo en JTC y miembro de la SECT.

Esta investigación –un estudio multicéntrico prospectivo- ha contado con la participación de pacientes sometidos a resección pulmonar anatómica entre diciembre de 2016 y marzo de 2018. Además, el estudio ha analizado la relación entre la frecuencia del seguimiento radiológico en aquellas personas que han sido operadas de un cáncer de pulmón y los resultados oncológicos. Para ello, los pacientes se han dividido en dos grupos según la frecuencia baja o alta de seguimiento.

"Las recomendaciones actuales se basan en una evidencia científica limitada y en consensos de expertos que no tienen en cuenta las características individuales de los pacientes"

La finalidad de examinar el impacto de la frecuencia del seguimiento radiológico en los resultados oncológicos tras la resección pulmonar responde a que “a pesar de los avances en el tratamiento de esta enfermedad y de la consiguiente mejora de los resultados oncológicos, la frecuencia óptima del seguimiento radiológico sigue sin estar clara. Las recomendaciones actuales se basan en una evidencia científica limitada y en consensos de expertos que no tienen en cuenta las características individuales de los pacientes”, sostiene el Dr. Fuentes Martín.

En total han participado 1.916 pacientes que cumplieron los criterios de inclusión. De ellos, 444 (un 23,17 % del total de la muestra) recibieron un seguimiento de alta frecuencia, mientras que 1.472 (el 76,83 %) habían recibido un seguimiento de baja frecuencia. El objetivo era evaluar si existían diferencias en los resultados oncológicos entre ambos grupos de seguimiento, considerando factores como el estadio de la enfermedad o la administración de terapias adyuvantes.

Aunque no hubo diferencias en el intervalo libre de enfermedad y otros indicadores generales, sí mejoró la supervivencia específica del cáncer y la supervivencia global en las personas diagnosticadas de carcinoma de células escamosas y aquellos que recibieron terapia adyuvante cuando se les realizó un seguimiento de alta frecuencia.

“Nuestro objetivo no es debilitar el seguimiento oncológico en la mayoría de los pacientes operados de cáncer de pulmón, sino, por el contrario, emitir una recomendación sobre la necesidad de evaluar individualmente la frecuencia del control radiológico, ajustándola al perfil de riesgo de cada paciente”, destaca el Dr. Cilleruelo.

El estudio concluye que la vigilancia de alta frecuencia únicamente mejora los resultados de supervivencia en pacientes seleccionados con cáncer de pulmón resecado. Y que, por lo tanto, las futuras pautas para el seguimiento del cáncer de pulmón deberían considerar la individualización de la frecuencia de vigilancia radiológica en función de los perfiles de riesgo de los pacientes. “Reducir el número de TAC durante el seguimiento de estos pacientes no solo evitaría pruebas innecesarias y sus posibles efectos negativos, sino un ahorro de costes directos al Sistema Nacional de Salud que podrían destinarse a otras necesidades y prioridades sanitarias”, concluye el Dr. Cilleruelo.

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