La insuficiencia cardiaca es una enfermedad grave que hace que el corazón no sea capaz de bombear la suficiente sangre que necesita el organismo. Sus síntomas consisten en disnea, fatiga y retención de líquido. La gravedad de esta enfermedad radica en las bajas posibilidades de supervivencia, siendo menor que en muchos tipos de cáncer en algunas ocasiones. Es importante tratar esta patología de forma conjunta con la Desnutrición Relacionada con la Enfermedad, que es un tipo de desnutrición asociado a un estado patológico, pues cerca del 20% de los pacientes con IC la presentan.
Por ello, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española de Cardiología (SEC) han elaborado un documento bajo el nombre “Valoración de Desnutrición Relacionada con la Enfermedad (DRE) y de sarcopenia en el paciente con insuficiencia cardíaca (IC)”, cuyo objetivo es establecer las bases para una valoración estructurada en el paciente con insuficiencia cardiaca que pueda padecer también Desnutrición Relacionada con la Enfermedad y/o sarcopenia. “La supervivencia y la calidad de vida dependen no solo de la patología cardiaca, sino también de una valoración y tratamiento global”, sostiene la Dra. Ana Zugasti, miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Ana Zugasti: “La supervivencia y la calidad de vida dependen no solo de la patología cardiaca, sino también de una valoración y tratamiento global”
La endocrinóloga hace referencia con esto a diversos estudios a nivel nacional en los que se evidencia que la prevalencia de la DRE en pacientes con insuficiencia cardiaca se estima en un 18,6%. La incidencia es más elevada en pacientes con Fracción de Eyección (FE, porcentaje de sangre que sale del corazón cada vez que éste se contrae) preservada (23%), que en aquellos con FE disminuida (15,9%). La DRE conlleva un peor pronóstico de en los pacientes de IC.
Además, la Dra. Zugasti indica que la insuficiencia cardiaca “puede provocar sarcopenia, afección que provoca la pérdida de masa, fuerza y el funcionamiento de los músculos en los adultos mayores, a través de vías patogénicas comunes como los cambios hormonales, la desnutrición y la inactividad física y, además, puede ser también el origen de la IC” y añade: “La sarcopenia es también bastante prevalente en pacientes con IC,por lo que ambas condiciones (DRE y sarcopenia) podrían beneficiarse de estrategias de tratamiento comunes”.
Por ello, es fundamental realizar un abordaje de la DRE y la sarcopenia en rehabilitación cardiaca y en los equipos multidisciplinares que tratan al paciente con IC.
El documento surge para las unidades de rehabilitación cardiaca, pero puede ser de gran utilidad para la detección de DRE y manejo inicial en los equipos multidisciplinares que atienden a las personas con IC y conseguir el mejor pronóstico y calidad de vida.
En cuanto se detecta la DRE, el médico especialista capacitado para llevar a cabo una valoración morfofuncional y ajustar el tratamiento médico nutricional es el endocrinólogo. “Es fundamental participar en el diagnóstico y el tratamiento de los pacientes con IC que presenten DRE y sarcopenia, en el contexto de protocolos de intervención ágiles y definidos correctamente en cada centro con los medios disponibles”, explica la Dra. Zugasti. Cabe destacar que se trata de pacientes con patologías complejas que requieren ajustes progresivos de medicación, así como en el tratamiento nutricional (dieta, suplementos vitamínicos, minerales y nutricionales).
En esta cuestión, la especialista hace incapié en que la dieta de estos pacientes proporcione un suficiente aporte calórico y proteico. En el contexto de una dieta mediterránea, sería necesario un aporte de 27 kcal/kg/día y 1,5 g/proteína/kg/día, además de tener en cuenta la distribución a lo largo del día y que dicha dieta se combine con actividad física adecuada al paciente.
Es fundamental contemplar una valoración nutricional y funcional en la evaluación periódica para descartar DRE y sarcopenia
Los síntomas que pueden presentar los pacientes con estas patologías son “la falta de apetito, las digestiones “lentas”, los pies hinchados, cierta falta de aliento, cansancio y debilidad para ejecutar tareas en el hogar, así como una menor capacidad para la práctica de ejercicio”. La endocrinóloga señala que es fundamental contemplar una valoración nutricional y funcional en la evaluación periódica para descartar DRE y sarcopenia: “Debemos revisar la evolución ponderal en los últimos meses, la cantidad y la variedad en la ingesta dietética, junto con parámetros antropométricos de composición corporal y de funcionalidad”.
En relación con los retos que este ámbito plantea a los profesionales, se persiguen diseñar protocolos asistenciales ágiles para que el paciente reciba la mejor atención multidisciplinar a través del menor número de visitas y tiempo posibles junto con la combinación de la asistencia presencial y la monitorización y capacitación remotos”, afirma la endocrinóloga.