En las últimas décadas se ha producido un incremento en los casos de cáncer de tiroides, según explica la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). En concreto, el aumento ha sido más notable en el carcinoma papilar, que representa el 80% de los casos de cáncer de tiroides. Por ello, y con motivo del Día Mundial del Tiroides, la SEEN ha querido poner el foco en el quinto cáncer más frecuente en mujeres a nivel mundial.
El perfil principal del paciente de este tipo de tumor suele ser mujeres de cerca de 50 años, aunque puede aparecer a cualquier edad y en ambos sexos. Sin embargo, los tumores más agresivos afectan a personas de mayor edad y sin gran diferencia entre hombres y mujeres. El cáncer de tiroides presenta una tasa de 7,5 casos por cada 1000.000 habitantes a nivel mundial, según la Agencia Internacional para el estudio del cáncer (IARC), órgano intergubernamental de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Dr. Zafón: "El aumento de casos podría deberse a que se descubren más de manera casual, ya que en la actualidad se realizan más pruebas de imagen, sobre todo ecografías”
En España, la tasa se sitúa en 10,8 casos por cada 1000.000 habitantes incluyendo ambos sexos. Además, la IARC pronostica que el número de casos previstos en España es de alrededor de 5.000 nuevos diagnósticos de cáncer de tiroides al año. Este aumento podría deberse a que “se descubren más casos de manera casual, ya que en la actualidad se realizan más pruebas de imagen, sobre todo ecografías”, explica el Dr. Carles Zafón, coordinador del Área de Tiroides de la SEEN.
El diagnóstico precoz de este tumor es fundamental para lograr los mejores resultados posibles aplicando tratamientos de forma temprana. “Cuanto antes se diagnostique, antes puede ser tratado. El tamaño del tumor es un factor pronóstico de gran relevancia, por lo que cuánto más reducido es su tamaño en el momento del diagnóstico, más probabilidades de curación existen”, explica el Dr. Zafón.
Someterse a pruebas para detectar esta patología es de gran importancia, pues normalmente este tipo de cáncer no cuenta con síntomas asociados y no suele generar molestias. Para su detección, la mayoría de tumores de tiroides se diagnostica a partir del estudio de un nódulo tiroideo que es identificado en una prueba radiológica o por palpación de un bulto en el cuello por parte del paciente.
En este sentido, la ecografía tiroidea es la técnica de imagen fundamental para la caracterización del nódulo tiroideo. Además, permite también valorar las posibles recidivas, que son las reapariciones de una enfermedad una vez terminada la convalecencia. Por otro lado, el rastreo corporal con yodo radiactivo, la tomografía computarizada, la resonancia magnética y la tomografía por emisión de positrones o PET, desempeñan también un papel relevante en el estudio del cáncer de tiroides en determinadas circunstancias.
Para el abordaje de esta enfermedad, el papel del endocrinólogo es esencial tanto en el proceso de diagnóstico como en el control posterior. “El paciente, tras la intervención, presenta un hipotiroidismo que debe manejarlo el endocrinólogo”, matiza el doctor Zafón. Por ello, la formación de los endocrinos incluye el aprendizaje de las modalidades radiológicas necesarias.
El cáncer de tiroides cuenta con tasas de supervivencia elevadas, y más del 80% de los pacientes no cuentan con recidivas tumorales. Sin embargo, hay tumores menos frecuentes, como el carcinoma pobremente diferenciado o el carcinoma anaplásico, que tienen un pronóstico mucho peor. Para lograr aumentar las posibilidades de supervivencia de los pacientes e idear tratamientos más eficaces, la investigación es fundamental.
Dr. Zafón: "El tamaño del tumor es un factor pronóstico de gran relevancia, por lo que cuánto más reducido es su tamaño en el momento del diagnóstico, más probabilidades de curación existen”
En los últimos años, se está avanzando en áreas como la "personalización" del abordaje de este tumor para establecer los tratamientos más adecuados para cada paciente, en función de su tipo de cáncer y su pronóstico a largo plazo. Además, el Dr. Zafón afirma que “se va incrementando el conocimiento que tenemos en relación a las bases genéticas que dan lugar a la transformación de una célula de tiroides normal en una cancerosa y, asimismo, en los últimos años se han dado pasos de gigante en el tratamiento, especialmente en aquellos casos de tumores agresivos para los cuales hace tan solo una década no había ninguna terapia eficaz".
Además, con el fin de acercar el diagnóstico anatomopatológico al manejo clínico, la OMS ha publicado una nueva clasificación de los cánceres de tiroides. Así, se pretende facilitar el entendimiento entre profesionales y poder establecer guías clínicas más eficaces. La OMS suele actualizar la clasificación cada diez años aproximadamente, pero en esta ocasión ha sido tras cinco, lo que demuestra los rápidos avances y descubrimientos logrados en esta patología.