El accidente cerebrovascular es en la actualidad la segunda causa de muerte más común y la tercera de discapacidad en todo el mundo. En cifras, la fotografía planteada se traduce en aproximadamente 6,5 millones de muertes por accidente cerebrovascular, 113 millones de años de vida ajustados por discapacidad y 10,3 millones de nuevos accidentes cerebrovasculares cada año en el mundo.
La evidencia científica ha situado al ictus como una enfermedad prevenible asociada con factores de riesgo cardiovasculares modificables como hipertensión, diabetes, obesidad, tabaquismo y falta de actividad física. Sobre este último factor se estructura un nuevo estudio publicado por JAMA Network focalizado en analizar el papel que desempeñan tanto a intensidad como la cantidad de actividad física necesaria para prevenir el accidente cerebrovascular.
Con el objetivo de aumentar la literatura en este sentido los autores de esta investigación utilizaron los datos del estudio Reasons for Geographic and Racial Differences in Stroke, realizado entre el 5 de febrero de 2003 y el 30 de octubre de 2007. Se recopilaron datos de 7.607 adultos estadounidenses de 45 años en adelante, que fueron comparados con los datos extraídos del mismo estudio entre el 12 de mayo de 2009 y el 5 de enero de 2013. El análisis final fue efectuado entre el 5 de mayo de 2020 y el 11 de noviembre de 2021.
Los participantes del estudio pasaron de media 190,5 minutos diarios en modo de actividad física de actividad ligera y 13,6 minutos diarios en modo de actividad física moderada a grave, lo que corresponde a un tiempo medio del uso del acelerómetro del 21,4% en el caso del primer tipo de actividad y del 1,5% para el segundo
El tiempo sedentario, la actividad física de intensidad ligera y la actividad física de intensidad moderada a fuerte se midieron empleando un acelerómetro. Durante un seguimiento medio de 2,5 años se produjeron 286 casos de accidentes cerebrovasculares isquémicos.
Un mayor tiempo sedentario se ha asociado con un 44% más de riesgo de accidente cerebrovascular incidente. “En este estudio de cohortes la actividad física de intensidad ligera y la actividad física de intensidad moderada a fuerte y el tiempo sedentario, medidos de forma objetiva, se asociaron de manera significativa e independiente con un riesgo de accidente cerebrovascular incidente”, exponen los autores.
En general, los participantes del estudio pasaron de media 190,5 minutos diarios en modo de actividad física ligera y 13,6 minutos diarios en modo de actividad física moderada a grave, lo que corresponde a un tiempo medio del uso del acelerómetro del 21,4% en el caso del primer tipo de actividad y del 1,5% para el segundo. El comportamiento sedentario representó una media de 77,1% del tiempo de uso, el equivalente a una media diaria de 12,3 horas cada día.
“Estos hallazgos sugieren que reemplazar el tiempo sedentario con actividad física ligera, o incluso episodios muy cortos de actividad física de intensidad moderada a fuerte, puede reducir el riesgo de accidente cerebrovascular, lo que respalda el concepto de moverse más y sentarse menos como una estrategia beneficiosa de reducción del riesgo de accidente cerebrovascular entre adultos”, concluyen los responsables de la investigación.