Secuelas de la pandemia tras cinco años: "Se prescriben un 400% más de antidepresivos en mayores"

Roger Muñoz, psicólogo y profesor de la Universidad de Valencia, nos habla de las secuelas del confinamiento en la salud mental de la población en el 5º aniversario del estallido de la pandemia

 Secuelas del confinamiento en mayores. (Foto: Freepik)
Secuelas del confinamiento en mayores. (Foto: Freepik)
Itziar Pintado
14 marzo 2025 | 16:00 h

Han pasado cinco años desde que se decretó el estado de alarma en España. La Covid-19 llegó a nuestro país dejando a todo el territorio nacional conmocionado y sin saber muy bien de qué se trataba. Para muchos parecía que iban a ser solo 15 días de parón de toda actividad no esencial, pero finalmente fueron más de tres meses de estado de alarma y, por ahora, cinco años de secuelas para muchas personas que todavía no olvidan lo que se vivió en aquellos meses.

Tal fue el impacto de la pandemia que, hoy por hoy, muchas personas sufren en su propia piel los efectos invisibles de un confinamiento que cambió la vida de todos. Y son efectos invisibles porque, como ya sabemos, la pandemia de Covid-19 dejó graves secuelas en la salud mental de muchas personas. Menores, adolescentes y ancianos, pero también profesionales sanitarios, y todas aquellas personas que desde primera línea vivieron lo que parecía ser mucho más grave que un simple virus; y lo acabó siendo.

“Tenemos datos que indican que un 40% de enfermeras dejarían su profesión si pudieran, y muchos médicos están quemados”, explica a ConSalud.es, Roger Muñoz, psicólogo y profesor titular de la Universidad de Valencia. “Además, la prescripción de antidepresivos en personas mayores ha aumentado un 400%, con un riesgo relativo de recibir estos medicamentos 25 puntos por encima de la media”, añade. Son estas las secuelas psicológicas de “una situación de estrés traumático” que golpeó la vida de más de 40 millones de personas solo en España.

"En 2021, en la Comunidad Valenciana se registraron 9.700 niños con ansiedad y depresión en consultas de atención primaria"

En el caso de los niños y adolescentes, también tenemos que lamentar cifras alarmantes. “En 2021, en la Comunidad Valenciana se registraron 9.700 niños con ansiedad y depresión en consultas de atención primaria, frente a los 2.300 de 2019. Es un aumento del 235% en solo dos años”, indica el experto. Además, la hiperconectividad también se ha convertido en un problema, ya que muchos jóvenes prefieren a día de hoy conectar con el mundo digital antes que las relaciones sociales cara a cara.

Otro de los efectos en la salud mental derivados de la pandemia y, por consecuencia, del confinamiento es el miedo persistente a la enfermedad y al contacto social. “Algunas personas han desarrollado un trastorno de ansiedad por la salud, por el miedo a enfermar, y han reducido drásticamente su vida social”, explica el psicólogo. Es cierto que es más difícil constatar cuantas personas sufren este problema, porque “tienen miedo a salir de casa y por tanto, son casos difíciles de identificar”, subraya.

A estos datos hay que sumarle el incremento de las enfermedades de salud mental en nuestro país. Como indica Muñoz, “en España la prevalencia de ansiedad y depresión es mayor que la media global y europea, situándose en un 7% y un 5,8%, respectivamente”. Asimismo, “el suicidio es la primera causa de muerte en adolescentes”, destaca el experto, una situación que requiere “una respuesta urgente”.

El malestar emocional de la población ligado al impacto de un evento mundial como fue la Covid-19 ha puesto de manifiesto las necesidades en salud mental que tenemos en nuestro país. La solución, según el experto, pasa por la inversión en salud mental a través del Sistema Nacional de Salud (SNS). “En España, los problemas de malestar emocional se cronifican porque no hay recursos públicos suficientes. Si se ofreciera atención psicológica en Atención Primaria, se podrían prevenir muchos trastornos graves, como todos los desarrollados a raíz de la pandemia”, argumenta.

"Si se ofreciera atención psicológica en Atención Primaria, se podrían prevenir muchos trastornos graves, como todos los desarrollados a raíz de la pandemia"

Muñoz también insiste en la necesidad de regular el uso de tecnologías entre los menores, que ha aumentado especialmente en los últimos cinco años, debido al empleo de ordenadores durante más de un año para mantener la educación a distancia debido a la pandemia. “Algunos países han prohibido los teléfonos y redes sociales a menores de 16 años. Necesitamos enseñarles a usarlos de manera productiva, similar a como ocurre con la conducción de un coche”, sugiere.

Cinco años después, la pandemia ha dejado huellas muy difíciles de borrar en la salud mental de gran parte de la población española. Aunque todavía se pone en duda si hemos salido mejor o no de esta situación, la Covid-19 ha sacado a relucir muchas necesidades que hasta ahora se mantenían en la sombra. “Si algo bueno ha traído esta crisis es que la psicología ha salido del armario, pero no debe ser un producto de marketing político, sino una prioridad en las políticas públicas”, concluye el psicólogo.

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