La lesión cerebral traumática continúa siendo un importante problema de salud pública a nivel global. Esta es la principal conclusión que se extrae del informe elaborado por la Comisión de Neurología The Lancet 2022. Un documento elaborado por expertos mundiales en este campo y en el que se destacan los avances y desafíos en la prevención, la atención clínica y la investigación de las lesiones cerebrales traumáticas, una de las principales causas de muerte y discapacidad relacionadas con lesiones en todo el mundo.
De acuerdo con los datos recogidos en el referido informe la lesión cerebral traumática (TBI, por sus siglas en inglés) afecta a 55 millones de personas en todo el mundo. No solo se trata de una afección aguda, sino también de una enfermedad crónica con importantes consecuencias a largo plazo entre las que se incluyen un mayor riesgo de neurodegeneración de aparición tardía, como la enfermedad de Parkinson y la demencia.
Si atendemos a las principales causas responsables de las lesiones cerebrales traumáticas los accidentes de tráfico y las caídas copan las primeras posiciones. Mientras que en los países de medios y bajos ingresos los accidentes de tráfico representan casi tres veces el número de lesiones cerebrales traumáticas que las caídas, en las naciones con más ingresos las caídas provocan el doble de lesiones cerebrales traumáticas que los accidentes de tráfico.
A pesar de que el 90% de las lesiones cerebrales traumáticas se clasifican como “leves”, más de la mitad de estos pacientes no logran recuperarse por completo hasta seis meses después de la lesión. Los autores del informe inciden en la necesidad de mejorar el resultado de estos pacientes ya que esto supondría un gran beneficio para la salud pública.
A pesar de que el 90% de las lesiones cerebrales traumáticas se clasifican como “leves”, más de la mitad de estos pacientes no logran recuperarse por completo hasta seis meses después de la lesión
“La lesión cerebral traumática sigue siendo un importante problema de salud pública global, con un impacto sustancial en los pacientes, las familias y la sociedad. Durante la última década, grandes colaboraciones internacionales han proporcionado información importante para mejorar la comprensión y la atención de las lesiones cerebrales traumáticas”, explica el profesor y coautor del informe David Menon de la División de Anestesia de la Universidad de Cambridge, a través de un comunicado publicado por esta. “Sin embargo, persisten problemas significativos, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. Se necesitan esfuerzos de colaboración continuos para seguir mejorando los resultados de los pacientes y reducir el impacto social de las lesiones cerebrales traumáticas”.
Uno de los aspectos más destacados del informe apunta a la identificación de disparidades sustanciales en la atención, incluida una menor intensidad de tratamiento para los pacientes en los que estas lesiones se habían producido por “mecanismos de baja energía”. Se denuncia además la existencia de deficiencias en el acceso a los servicios de rehabilitación y el seguimiento insuficiente que se realiza da los pacientes con lesiones cerebrales traumáticas leves. En el caso de los países con ingresos medios y bajos el análisis ha hallado que tanto la atención prehospitalaria como la posaguda son deficientes.
La buena noticia es que la Comisión ha presentado importantes avances tanto en enfoques de diagnóstico como de tratamiento. Los biomarcadores sanguíneos han demostrado un funcionamiento positivo, incluso por encima de las decisiones clínicas por las que se seleccionan los pacientes con lesión cerebral traumática leve a los que se les realiza la tomografía computarizada, lo que ayuda a la hora de reducir los riesgos de radicación innecesarios.
Los análisis genómicos sugieren que hasta el 26% de la variación de los resultados entre las lesiones cerebrales traumáticas podría ser hereditario. Señalan además que la monitorización avanzada del cerebro de los pacientes con este tipo de lesiones en los entornos de cuidados intensivos proporciona una mejor base para la gestión individualizada que responde de forma más certera a las necesidades de cada paciente.
“Mejorar las vías de atención y eliminar las disparidades actuales en la atención de los pacientes con lesión cerebral traumática requerirá una estrecha colaboración entre los encargados de formular políticas, los médicos y los investigadores, con aportaciones de los pacientes y sus asociaciones”, afirma el profesor emérito Andrew Maas, del Hospital Universitario de Antwerp y la Universidad de Antwerp (Bélgica).