El SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, fue un virus nuevo que cambió por completo la forma de entender el panorama sanitario. Debido a lo poco que se sabía de él, obligó tanto a profesionales como al resto de ciudadanos a ir improvisando sobre la marcha en materia de cuidados, tratamientos o medidas de protección. Millones de personas en todo el planeta fallecieron, y muchas otras aún presentan secuelas años después. Unas secuelas que están siendo estudiadas por un gran número de investigadores internacionales con el fin de arrojar luz a una situación dramática que, lejos de caer en el olvido, está más presente que nunca.
Un ejemplo de estas investigaciones es el nuevo artículo de revisión realizado por investigadores de las Universidades de Oxford, Leeds y Arizona. Para su desarrollo, se analizaron docenas de estudios previos sobre Covid prolongada, con el objetivo de examinar la cantidad y el rango de personas afectadas, los mecanismos subyacentes de la enfermedad, los numerosos síntomas que desarrollan los pacientes y los tratamientos actuales y futuros. La Covid prolongada es una de las principales secuelas que la enfermedad ha traído a muchos pacientes. Consiste en la persistencia de síntomas durante tres meses o más después de una Covid-19 aguda.
En concreto, la enfermedad puede afectar y dañar muchos sistemas orgánicos, lo que provoca un deterioro grave y a largo plazo de la función y una amplia gama de síntomas, como fatiga, deterioro cognitivo (a menudo denominado "niebla mental"), disnea y dolor. Esta condición puede afectar a casi cualquier persona, incluidos todos los grupos de edad y los niños. Gracias al trabajo, los investigadores descubrieron que, aunque algunas personas mejoran gradualmente de la Covid persistente, en otras la afección puede durar años. De hecho, muchas personas que desarrollaron Covid persistente antes de la llegada de las vacunas aún no se encuentran bien, aunque si una persona ha sido completamente vacunada, el riesgo es mucho menor.
Entre el 3 % y el 5 % de las personas aún desarrollan Covid persistente después de una infección aguda por Covid-19
Sin embargo, entre el 3 % y el 5 % de las personas aún desarrollan Covid persistente después de una infección aguda por Covid-19. Solo en el Reino Unido, la Covid persistente afecta a aproximadamente el 1,8 % de la población, y el 71 % de las personas que padecen la afección la padecen desde hace más de un año. Sin embargo, esta no es la única secuela a largo plazo. Así, otro estudio, publicado en Lancet Psychiatry, revela los efectos cognitivos y psiquiátricos tiempo después del Covid-19. Realizada por un grupo de investigadores de todo el Reino Unido y dirigida por la Universidad de Oxford y la Universidad de Leicester, la investigación destaca la naturaleza persistente y significativa de estos síntomas, así como la aparición de nuevos síntomas años después de que el Covid-19 estuviera presente por primera vez.
Gracias al trabajo, los investigadores descubrieron que, entre dos y tres años después de contraer la Covid-19, los participantes obtuvieron, en promedio, puntuaciones significativamente más bajas en las pruebas cognitivas de lo esperado. El déficit promedio fue equivalente a 10 puntos de CI. Además, una proporción sustancial informó síntomas graves de depresión (aproximadamente 1 de cada 5 personas), ansiedad (1 de cada 8), fatiga (1 de cada 4) y problemas subjetivos de memoria (1 de cada 4), síntomas que empeoraron con el tiempo.
Pese a que, en muchas personas, estos síntomas a los dos o tres años ya estaban presentes seis meses después de la infección, algunas personas también experimentaron nuevos síntomas a los dos o tres años de la infección que no presentaban antes. No obstante, los nuevos síntomas a menudo surgieron en personas que ya presentaban otros síntomas a los seis meses después de la infección. Esto sugiere que los primeros síntomas pueden predecir problemas posteriores más graves, lo que subraya la importancia de un tratamiento oportuno.
Por otro lado, más de uno de cada cuatro participantes informó haber cambiado de ocupación, y muchos dieron como motivo la mala salud. El cambio de ocupación se asoció fuertemente con déficits cognitivos y no con depresión o ansiedad. Esto sugiere que muchas personas que cambiaron de ocupación en los meses y años posteriores a la Covid-19 lo hicieron porque ya no podían satisfacer las demandas cognitivas de su trabajo, en lugar de por falta de energía, interés o confianza. Con todo, los investigadores concluyeron que el grado de recuperación a los seis meses de la Covid es un fuerte predictor de los resultados psiquiátricos y cognitivos a largo plazo. Intervenir de forma temprana para controlar los síntomas podría prevenir el desarrollo de síndromes más complejos y mejorar las trayectorias generales de recuperación.
IMPACTO DE LA COVID EN EL EXCESO DE MORTALIDAD
Otra de las características de la enfermedad fue su elevada mortalidad durante el inicio de la pandemia, que obligó a los países a aplicar medidas drásticas como los confinamientos. El Covid-19 ha modificado la mortalidad en toda Europa pero, ¿cuál es su impacto en la mortalidad total en los países europeos? Un nuevo estudio publicado en The Lancet respondió a esta pregunta, teniendo en cuenta la relación con determinados indicadores socioeconómicos a nivel de país, intervenciones no farmacéuticas y aceptación de la vacuna.
Se estimaron más de 1,6 millones de muertes en exceso durante el período de 2020 a 2023 en 29 países europeos, con medio millón de muertes en exceso ocurridas en cada uno de los primeros tres años de la pandemia
El trabajo se realizó a partir de datos de mortalidad semanal de 2010 a 2023 de la serie de datos de Fluctuaciones de la Mortalidad a Corto Plazo o los datos de población anuales de los archivos de las Naciones Unidas, entre otros indicadores. Así, el estudio incluyó 29 países europeos con datos de mortalidad disponibles hasta la última semana de 2023. De 2020 a 2023, se registraron un total de 22.254.542 muertes en los 29 países europeos (5.720.658 muertes en 2020, 5.663.838 en 2021, 5.580.807 en 2022 y 5.289.239 en 2023).
Se estimaron más de 1,6 millones de muertes en exceso (+8,0 %) durante el período de 2020 a 2023 en 29 países europeos, con aproximadamente medio millón de muertes en exceso ocurridas en cada uno de los primeros tres años de la pandemia, y solo un exceso modesto en 2023. Además, el trabajo destacó importantes disparidades en toda Europa, mostrando un mayor impacto de Covid-19 en Europa del Este y las Repúblicas Bálticas en comparación con otras regiones europeas. El mayor exceso se concentraba en países con altos niveles de pobreza y desigualdad de ingresos, y se detectó una relación inversa entre la riqueza de un país y su gasto en salud, la aceptación de la vacunación y el exceso de mortalidad.