Los antimicrobianos (en particular los antibióticos, los antivíricos, los antifúngicos y los antiparasitarios) son medicamentos que se utilizan para prevenir y tratar infecciones en los seres humanos, los animales y las plantas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que la resistencia a los antimicrobianos (RAM) surge cuando las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos cambian a lo largo del tiempo y dejan de responder a los medicamentos, lo que hace más difícil el tratamiento de las infecciones e incrementa el riesgo de propagación de enfermedades, de aparición de formas graves de enfermedades y de muerte. Como consecuencia de la farmacorresistencia, los antibióticos y otros medicamentos antimicrobianos se vuelven ineficaces, por lo que las infecciones son cada vez más difíciles o imposibles de tratar. Nos encontramos ante un problema de salud global de cada vez mayor magnitud y que algunos expertos califican ya como la próxima pandemia a la que la humanidad tendrá que hacer frente.
Con esta fotografía de fondo este 18 de noviembre se celebra el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos. Una iniciativa europea de salud pública que tiene como objetivo sensibilizar sobre la amenaza que supone la resistencia a los antibióticos y fomentar su uso prudente. El Ministerio de Sanidad recuerda en este sentido que los antibióticos no curan las infecciones causadas por virus, como el resfriado común o la gripe, y únicamente son eficaces para combatir las infecciones bacterianas. El diagnóstico correcto y la decisión respecto a la necesidad de administrar antibióticos son competencia exclusiva de los médicos.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) ha publicado con motivo de este día una serie de informes que nos ayudan a hacernos una idea de cuál es la situación actual en el viejo continente.
En el año 2020 un total de 29 países (27 Estados miembros de la Unión Europea y dos pertenecientes al Espacio Económico Europeo, Islandia y Noruega), informaron de datos relativos al consumo de antimicrobianos. De estos 25 países notificaron datos tanto del consumo comunitario como hospitalarios, Alemania e Islandia solo reportaron información sobre el consumo y comunitario y Chipre y República Checa informaron del consumo total de ambos sectores combinados.
El ECDC señala que la reducción en el consumo de antibióticos en el viejo continente, principalmente en el ámbito de la Atención Primaria, puede encontrar su origen en la pandemia que ha provocado una disminución de las prescripciones médicas
De acuerdo con estos datos se utilizó el Índice de Clasificación de Químicos Terapéuticos (ATC, por sus siglas en inglés) con dosis diarias definidas (DDD). El consumo de de antimicrobianos se expresa como DDD por 1.000 habitantes por día. En 2020, el consumo medio total (combinación de los sectores comunitario y hospitalario) de antibacterianos para uso sistémico fue de 16,4 DDD por cada 1.000 habitantes / día, con un rango entre países que oscila del 8,5 al 28,9. Durante el periodo 2020-2021 se observó una disminución estadísticamente significativa tanto en la UE como en los países del EEE en general, así como para ocho países a nivel individual. El ECDC indica que únicamente se ha observado para el referido periodo una tendencia creciente en dos países.
El consumo medio total (comunidad y sector hospitalario combinado) de la UE/EEE de antivirales para uso sistémico fue de 2,56 DDD por cada 1.000 habitantes / día, con un rango entre países que oscila entre 0,59 y 11,19, sin tendencias estadísticamente significativas en el periodo comprendido entre los años 2016 y 2020.
"En el sector de la Atención Primaria, muchas infecciones se pueden prevenir mediante la vacunación, la etiqueta respiratoria, el distanciamiento físico y la higiene de las manos"
El ECDC señala que la reducción en el consumo de antibióticos en el viejo continente, principalmente en el ámbito de la Atención Primaria, puede encontrar su origen en la pandemia de Covid-19 que ha provocado una disminución de las prescripciones médicas, con un notable efecto en aquellos países donde el uso de estos es excesivo e inadecuado.
IMPORTANTE DESAFÍO A NIVEL MUNDIAL
“La resistencia a los antimicrobianos sigue siendo un serio desafío mundial”, ha declarado Stella Kyriakides, Comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria de la UE. “La resistencia a los antimicrobianos es una pandemia silenciosa que está ocurriendo aquí y ahora. Aunque el consumo de antibióticos en general disminuyó durante la pandemia en la UE / EEE, debemos aumentar nuestra respuesta de salud pública”, añada tal y como publica el ECDC.
Kyriakides destaca el esfuerzo de la Unión Europea para aumentar la respuesta conjunta en materia de salud pública ante este problema. “Estamos intensificando nuestras acciones y hemos hecho de la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos una prioridad. Esto incluye acciones bajo nuestra Estrategia Farmacéutica, la legislación sobre medicamentos veterinarios y piensos medicados y la nueva Autoridad de Preparación y Respuesta a Emergencias Sanitarias, HERA. Se pierden vidas porque los medicamentos ya no funcionan y debemos intensificar la acción mundial con urgencia. Invertir en salud hoy salva vidas mañana”, ha aseverado.
Por su parte la directora del ECDC, Andrea Ammon, enfatiza en la necesidad de que la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 no diluya los esfuerzos que se requieren para la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos. “Necesitamos mejorar las prácticas de prevención y control de infecciones en hospitales y otros entornos de atención médica para reducir significativamente la propagación de bacterias resistentes a los antimicrobianos. En el sector de la Atención Primaria, muchas infecciones se pueden prevenir mediante la vacunación, la etiqueta respiratoria, el distanciamiento físico y la higiene de las manos, lo que podría contribuir a reducir la necesidad de usar antibióticos”, ha expresado.