Con motivo del paso de la DANA por la Comunidad Valenciana, que ya ha dejado más de 200 muertos, miles de desaparecidos y numerosos daños materiales, la SEMES (Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias) ha lanzado una serie de recomendaciones para los voluntarios que están acudiendo a ayudar en la catástrofe, lo cuales no pueden olvidar que están trabajando en un entorno de aguas residuales.
Estas aguas residuales pueden contener productos potencialmente tóxicos, como productos inorgánicos ya sean químicos, aceites, combustibles, derivados de la industria y también de explotaciones agropecuarias, además de productos orgánicos derivados de aguas residuales domesticas o urbanas. En este último caso, también se puede producir tóxicos derivados de la descomposición de alimentos o seres fallecidos, lo que puede causar infecciones de trasmisión oral como, gastroenteritis, hepatitis A o leptospirosis.
En este sentido, desde el Ministerio de Sanidad han recordado que "no hay evidencia científica de que la contaminación del agua por cadáveres sea un riesgo importante de enfermedades epidémicas (cólera, tifus y otras) tras un desastre natural". La razón, esgrime Sanidad, es que la mayoría de microorganismos "no sobreviven mucho tiempo en el cuerpo humano tras la muerte". Las infecciones que podrían causar estos problemas no son epidémicas en España y, en caso de que surjan infecciones, es más probable que su origen provenga de los propios supervivientes.
Foco de organismos que transmiten enfermedades infecciosas a las personas
Además, las condiciones climáticas actuales son proclives a la proliferación de vectores transmisores de enfermedades infecciosas a las personas como por ejemplo mosquitos, cucarachas o garrapatas. Además, estas riadas pueden arrastrar objetos peligrosos como cables, cristales, restos metálicos y acabar siendo un obstáculo.
Por tanto, para el trabajo en dichos entornos debemos tener en cuenta unas consideraciones sencillas, es necesario resaltar la utilización de medidas de protección básicas como botas, guantes de trabajo, ropa resistente, mascarillas para evitar la inhalación de residuos y gafas de protección. También es importante contar con un pequeño kit para curar de heridas para utilizarse de inmediato en caso de alguna lesión cutánea y desde SEMES inciden en la autosuficiencia con la comida y bebida.
Moverse con precaución, ya que en zonas inundadas no se ven las alcantarillas abiertas, socavones o hierros
Otro punto a tener en cuenta es moverse con precaución, ya que en zonas inundadas no se ven las alcantarillas abiertas, socavones o hierros, por lo que no hay que entrar en estructuras dañadas o derruidas que no han sido aseguradas. En caso de presentar un síntoma anormal en la salud, se deberá buscar ayuda sanitaria y seguir las recomendaciones indicadas por los organismos oficiales.
Por otra parte, la sociedad médica alerta acerca de que la electricidad puede volver en cualquier momento, si se encuentran cables caídos, llamar a las autoridades. Importante también asegurarse de que está cortado el gas y la electricidad antes de trabajar en un área. Asimismo, hay que comunicar inmediatamente a las autoridades responsables de la zona el hallazgode personas perdidas o fallecidas.
Por último, una vez finalizado el trabajo debe realizarse un lavado enérgico con agua y jabón de todas las zonas expuestas. Además, si sospechamos que nuestra ropa ha sido contaminada, debemos quitarla una vez estemos en un lugar seguro y lavarla a más de 60 grados.