Las vacunas constituyen uno de los logros más notables en salud pública del siglo XX. De acuerdo con el Ministerio de Sanidad, la vacunación es la mejor herramienta para prevenir algunas enfermedades infecciosas, así como una de las medidas que más vidas ha salvado a lo largo de la historia.
Para subrayar la importancia que la vacunación tiene para la salud y el bienestar general en todas las etapas de la vida, cada año se celebra en toda Europa, durante la última semana de abril, la Semana Europea de la Inmunización (EIW). De este modo, se busca crear conciencia sobre la importancia de la inmunización para la salud en general y el bienestar de la población europea.
A su vez, cada 29 de abril se celebra el Día Internacional de la Inmunología, para divulgar la importancia de la Inmunología como ciencia, además de sensibilizar a la población sobre el impacto de esta disciplina científica en la erradicación de infecciones, el cáncer y enfermedades autoinmunes. En la celebración de este día internacional se llevan a cabo campañas educativas y de divulgación de información acerca de la importancia de la Inmunología.
Entre marzo de 2023 y finales de febrero de 2024, se notificaron al menos 5.770 casos de sarampión, incluidas al menos cinco muertes
En la actualidad, todos los países del mundo tienen un programa nacional de inmunización, y las vacunas se consideran una de las intervenciones de salud pública más seguras, rentables y exitosas para prevenir muertes y mejorar vidas. Desde el enfoque inicial en la protección contra seis enfermedades infantiles prevenibles mediante vacunas (bacilo de Calmette-Guérin, difteria, tosferina, tétanos, polio y sarampión) hace más de cuatro décadas, la adición de nuevas vacunas ha aumentado la amplitud de la protección brindada por inmunización.
En este contexto, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) publica datos que indican un aumento de los casos de enfermedades prevenibles mediante vacunación, como el sarampión y la tosferina, tras la disminución de los niveles durante la pandemia de Covid-19.
Así, el número de casos de sarampión comenzó a aumentar en 2023, y esta tendencia ha continuado en varios Estados miembros de la UE. Entre marzo de 2023 y finales de febrero de 2024, se notificaron al menos 5.770 casos de sarampión, incluidas al menos cinco muertes. El mayor riesgo se presenta entre los niños menores de un año, puesto que son demasiado pequeños para ser vacunados. Por ello, deben estar protegidos por inmunidad comunitaria.
En lo relativo a la tosferina, desde mediados de 2023 se ha notificado un aumento de los casos en varios países de la UE y del EEE, y los datos preliminares indican un aumento de más de diez veces en los casos en 2023 y 2024 en comparación con 2022 y 2021.
Los recién nacidos y los lactantes o aquellos que no están completamente vacunados, corren un mayor riesgo de sufrir estas enfermedades en su forma grave y morir. Para protegerlos mejor, es esencial garantizar que todas las vacunas recomendadas que contienen tosferina se administren a tiempo. La vacunación durante el embarazo también puede proteger a los bebés pequeños.
Por otro lado, desde la segunda mitad de 2022 se informó de un aumento de la difteria entre los inmigrantes en varios países de la UE y el EEE. El estado de vacunación estuvo disponible en el 39% de todos los casos, y el 75% de los casos con estado de vacunación conocido no estaban vacunados o estaban vacunados con un número desconocido de dosis.
Esta situación es preocupante, ya que la vacunación con toxoide diftérico es el único método eficaz para prevenir la enfermedad mediada por toxinas. Lograr y mantener una alta cobertura de vacunación en la población es fundamental para evitar que la difteria toxigénica cause enfermedades graves o mortales.
En lo referente a la enfermedad meningocócica invasiva (EMI), la tasa de notificación en 2022 aumentó a 0,3 casos por 100.000 habitantes, tras una disminución de la incidencia de EMI en 2020 y 2021. Las tasas específicas por edad fueron más altas en los lactantes menores de un año, seguidos de los de uno a cuatro años y de los de 15 a 24 años.
El fortalecimiento continuo de la vigilancia de las EMI es esencial para evaluar el impacto de los programas de inmunización en curso y apoyar a los tomadores de decisiones respecto de la implementación o adaptación de estrategias de vacunación en el curso de inmunización de por vida.
Finalmente, el Informe Epidemiológico Anual de 2022, referente a las paperas, reveló que ese año se produjo un cambio hacia grupos de edad más jóvenes para los casos de paperas, con una mediana de diez años en comparación con los cuatro años anteriores (mediana de 13 a 21 años). Además, las tasas de notificación para los hombres fueron más altas que para las mujeres en los grupos de edad más jóvenes y ligeramente más bajas para los hombres que para las mujeres entre los adultos.
Entre los casos notificados con estado de vacunación conocido con la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR), el 24% no estaban vacunados
Entre los casos notificados con estado de vacunación conocido con la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR), el 24% no estaban vacunados. La mayor proporción de casos no vacunados se produjo en el grupo de mayores de 30 años (71%), seguido de los de entre 20 y 29 años (38%) y los menores de un año (por debajo de la edad de vacunación sistemática contra las paperas, 25%).
Casi un tercio de los casos con complicaciones notificadas (29%) con estado de vacunación conocido se produjeron entre casos no vacunados, la mayoría de los cuales se encontraban en el grupo de edad de más de 30 años. La vigilancia continua de alta calidad, las investigaciones de brotes y los esfuerzos acelerados para aumentar la aceptación tanto de la inmunización infantil sistemática como de las campañas de actualización dirigidas a adolescentes y adultos son herramientas clave para seguir de cerca la epidemiología de las paperas en la UE y el EEE.
Con esto, se pone en relieve la importancia de la vacunación, componente esencial de la atención primaria de salud, un derecho humano incuestionable y una de las mejores inversiones económicas en salud. Las vacunas son también esenciales para prevenir y controlar los brotes de enfermedades infecciosas, apuntalan la seguridad sanitaria mundial y serán un instrumento vital para luchar contra la resistencia a los antimicrobianos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.