La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, asistió la semana pasada a la inauguración del XIV Congreso Español de Sexología, donde aprovechó para destacar el trabajo que se está llevando a cabo desde el Gobierno para activar la Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva.
Se trata del primer enunciado de la Ley de Interrupción del Embarazo de 2010 que quedó paralizada en las últimas legislaturas, “Vamos a crear una red pública de salud sexual y reproductiva tal y como estipula la ley”, aseguró la ministra.
Carcedo buscará una colaboración con el Ministerio de Educación para incluir la educación sexual en el entorno escolar
Carcedo hizo hincapié en la necesidad de que la sexualidad esté presente en el debate sobre salud pública. “Los servicios públicos deben tener un papel fundamental para proteger los derechos a la autonomía en la procreación y en las relaciones sexuales. De hecho, hemos visto sus buenos efectos en la prevención de embarazos no deseados”, insistió.
La ministra aprovechó también para denunciar los retrocesos que se han vivido en este campo en los últimos años. Al abandono de la Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva, ha añadido las dificultades en el acceso a los anticonceptivos de última generación para las más jóvenes, que se van a volver a incluir en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS). También ha anunciado que el Gobierno va a volver a permitir a las mujeres lesbianas y madres solas que accedan a programas de fertilidad a través de la sanidad pública.
María Luisa Carcedo también señaló la carencia de una materia sobre Educación para la Salud que contemple la salud afectivo-sexual, pese a las recomendaciones de la ONU. “Vamos a proponer la colaboración con el Ministerio de Educación para incluir de manera transversal y efectiva la educación sexual en el entorno escolar”, ha anunciado.
La Ministra ha advertido de que el abandono de la información y formación sexual y afectiva conduce a los jóvenes a buscar información en lugares alternativos cuyos mensajes les pueden llevar a poner en riesgo su salud física y mental. “Se ha identificado ya un aumento de las prácticas de riesgo”, ha asegurado. “El aborto entre las jóvenes, la maternidad fortuita o las enfermedades de transmisión sexual nos preocupan”, ha recalcado.